In Ponencias

2019 10 23 9:01 Última actualización

 

PONENCIA

LA CULTURA POPULAR EN EXTREMADURA

Juan Rodríguez Pastor

HOMENAJE A EXTREMADURA 2019

SÁBADO 9 DE NOVIEMBRE

De 9,30h. a 22:00h.

Entrada libre hasta completar aforo

Lugar: RESTAURANTE-CAFETERÍA MUSEO VOSTELL MALPARTIDA

Malpartida de Cáceres. Extremadura. España

De 10 de la mañana a 10 de la noche

SESIÓN TÉCNICA

11:15h. MESA REDONDA–DEBATE –2

  1. La Sociedad Científica de Mérida. De la utopía a la ciencia compartida. Rufino Rodríguez Sánchez. Sociedad Científica de Mérida. IES «Sáenz de Buruaga». Mérida
  2. Extremadura, Colonia de España. Antonio Vélez Sánchez. Excalde (1983-1995) de Mérida. Mérida.
  3. La cultura popular en Extremadura. Juan Rodríguez Pastor. Doctor por la Universidad de Extremadura y catedrático jubilado. Ex director del Instituto de Herrera del Duque (Extremadura).
  4. Las ciencias físicas en Extremadura. Una singladura temporal con personajes atemporales. Carlos Baena García. Sociedad Científica de Mérida. Docente IES EXTREMADURA. Mérida.

RESUMEN

8. La cultura popular en Extremadura. Juan Rodríguez Pastor. Doctor por la Universidad de Extremadura y catedrático jubilado. Ex director del Instituto de Herrera del Duque (Extremadura).

Juan Rodríguez Pastor

La cultura popular, la que se transmite oralmente, ha contado, y cuenta, en Extremadura, con un buen plantel de recopiladores e investigadores.

Antes de que, en el siglo XIX, a William J. Thoms se le ocurriera unir las palabras “folk” (pueblo) y “lore” (saber), ya se acercaron a este saber popular Gonzalo de Correas (con su Vocabulario de Refranes) y Juan Sorapán de Rieros (con su Medicina española contenida en proverbios vulgares). Pero será a finales de dicho siglo XIX cuando un grupo de jóvenes, siguiendo el ejemplo de Antonio Machado y Álvarez, funden varias Sociedades de Folklore y lleven a Extremadura a liderar estos estudios, especialmente con la revista El Folklore Frexnense y Bético-Extremeño.

Después, con altibajos, nunca han faltado recopiladores en el siglo XX (García-Plata de Osma, Rodríguez-Moñino, Bonifacio Gil, Isabel Gallardo, García Matos, Curiel Merchán…) ni en la actualidad.

De todo ello haremos un breve repaso en este Homenaje a Extremadura 2019 que nos ha organizado Antonio Viudas, nuestro querido profesor y director de tesis, quien ya se acercó a este tema en su discurso de ingreso en la Academia de Extremadura. Autor del texto: Juan Rodríguez Pastor. La cultura popular en Extremadura. Homenaje a Extremadura 2019. Malpartida de Cáceres.

TEXTO COMPLETO DE LA PONENCIA

LA CULTURA POPULAR EN EXTREMADURA

Juan Rodríguez Pastor

Aprovechando este “Homenaje a Extremadura” organizado por Antonio Viudas para celebrar su jubilación, vamos a hacer un repaso a la cultura popular en Extremadura, con un recorrido por el buen plantel de recopiladores e investigadores de cultura popular que hemos tenido y que tenemos; tantos, afortunadamente, que no podemos citarlos a todos.

Esta tarea es muy gratificante, porque en la recopilación y estudio de la cultura popular, Extremadura siempre ha estado bien situada. Según Luis de Hoyos, Extremadura ocupa la primacía cronológica en la historia del folklore científico, gracias a la labor, a partir de 1880, de folkloristas como Luis Romero y Espinosa, Matías Ramón Martínez, Sergio Hernández de Soto… En el caso de los cuentos populares, en particular, un especialista como Antonio Rodríguez Almodóvar también reconoce que Extremadura es una de las regiones mejor conocidas.

Pero ¿qué es esto de la cultura popular? Como profesor de Instituto, ya jubilado, a mis alumnos, en la primera ocasión que se presentaba, les decía que esto es como una asignatura, aunque no se imparte en colegios ni institutos. Una asignatura un poco rara, porque de ella saben más los padres que los hijos. Y más los abuelos que los padres. Y de ella saben tanto las personas analfabetas como las que sabemos leer y escribir.

“Ahora mismo –les decía a mis alumnos­–, de algunas cosas sabéis vosotros más que yo”. Y como solían mirarme un poco asombrados, les preguntaba: “¿Lo comprobamos…? ¿Quién sabe más motes de la gente de vuestro pueblo?” Y, claro, reconocían que ellos. “¿Y algún día os habéis puesto a hacer una lista de los motes y aprenderla de memoria? ¿Cómo los habéis aprendido?” Y todos comprendían qué es esto de la cultura popular.

Por cierto que en Cedillo (Cáceres) tienen una guía telefónica especial, con los motes, porque, en los pueblos, la gente no suele saber los apellidos de sus paisanos; así que hicieron una guía con los motes de los vecinos que viven en cada calle. Al parecer ya en los años sesenta también hicieron otra guía similar en Ceclavín (Cáceres).

Pues bien, esta asignatura tiene muchos nombres: saber popular, etnografía, folklore, tradición oral, antropología, “Oratura” (frente a Literatura)… Pero, se llame como se llame, esto no es nada nuevo. La cultura popular nació con el hombre. Lo que sí es nuevo es su estudio científico. Y son diversas las ciencias que se han dedicado a ello. Por ejemplo, una de estas ciencias, el Folklore, nació cuando a un inglés, William J. Thoms, a mediados del siglo XIX, se le ocurrió juntar las palabras “folk” (pueblo) y “lore” (saber). Thoms animaba a recoger los conocimientos de los tiempos antiguos que iban perdiéndose: usos, costumbres, creencias, ceremonias…

Ya veremos la gran influencia que ejerció este hecho en Extremadura, pero señalemos que, anteriormente, también es posible encontrar aquí recopiladores de cultura popular.

Por poner un ejemplo, en el siglo XVI, el llerenense Luis Zapata escribió su Miscelánea o varia historia, donde encontramos cuentecillos como el siguiente:

Rondando un corregidor una noche, topó unos ladrones que llevaban unos cofres: “Tened, tened a la justicia”, dijeron veinte corchetes alrededor. “¿Qué es esto?”, dijo el corregidor: “Señor –dijeron ellos–, murióse el dueño de esta casa y pasamos a otra posada estos cofres”. “Pues, cómo, ¿no lloran?”, dijo él. Los ladrones dijeron: “Señor, mañana llorarán, que ahora es fresca la cosa”. Otro día pasó por allí el juez, y era tanta la grita que se oía en toda la calle, porque los ladrones los habían robado aquella noche.

Más importante, en el tema que nos ocupa, es el maestro Gonzalo Correas, uno de los humanistas españoles más destacados del siglo XVII. Nació en Jaraíz de la Vera (Cáceres) y durante muchos años fue catedrático en Salamanca. Correas nos dejó un libro precioso, su Vocabulario de Refranes y Frases Proverbiales, que permaneció inédito hasta el siglo XX, un libro donde tenemos muchos materiales de cultura popular, por supuesto no solo extremeños: refranes, juegos, cuentecillos, acertijos, supersticiones, cantares, costumbres, dichos… En fin, una obra preciosa para lingüistas, antropólogos, folkloristas…

Os pondré como ejemplos un dicho que Correas localiza en Jerez de los Caballeros (“Más dichoso que la burra de Corrales”. Echóla al campo a morir, y, engordando, vino preñada a casa, de un pollino) y un dictado tópico (En Cuacos, cebollas; en Jarandilla, ollas). Algunos dictados han desaparecido y no faltará quien le dé gracias a Dios: En Orellana la Vieja, puta la moza, puta la vieja. También, claro, trae muchos refranes: “El día de aire, arrímate a tu padre”. Es de Extremadura, adonde hay buenas lumbres de encina, y el padre tiene el mejor asiento del hogar.

Al parecer, Correas aprovechaba los días de mercado para ponerse en la entrada del puente de Salamanca y recoger refranes a los campesinos que llegaban a la ciudad. He ahí un buen ejemplo de recopilador de cultura popular.

Tenemos que citar también a Juan Sorapán de Rieros, un médico que nació en Logrosán (Cáceres), estudió medicina en el Monasterio de Guadalupe, ejerció en Cáceres y recogió medio centenar de refranes en su Medicina española contenida en proverbios vulgares de nuestra lengua (1616), una obra curiosa en la que recurre a los refranes para acercarnos los fundamentos médicos. Por cierto, hay un refrán apropiado para los jubilados: Quien se ejercita, descansa, y el que está en ocio trabaja. Sin embargo, en otra ocasión, recomienda no hacer mucho ejercicio… sexual: Dieta y mangueta y siete nudos a la bragueta.

Digamos ya que la recogida de refranes ha seguido, y sigue, viva en Extremadura. Podemos citar los trabajos de Rafael García-Plata de Osma (“Los sanchicos de Alcuéscar”), Emilio Díaz (Refranero popular extremeño), Pedro Montero (El refranero en la escuela)…, incluso Ángel Benito Pardo hizo su tesis doctoral sobre este tema.

 

Las sociedades de folklore, finales del siglo XIX

Pero, como decíamos, es en el último tercio del siglo XIX cuando, con el surgimiento de las sociedades de folklore, Extremadura ocupará un lugar destacado en el tema que nos ocupa.

Antonio Machado y Álvarez fue el iniciador de estas sociedades. Por cierto que sus abuelos, por parte materna, eran extremeños, de Zafra y Puebla del Maestre. Machado y Álvarez fundó en 1881 “El Folk-Lore Español”, sociedad para la recopilación y estudio del saber y de las tradiciones populares.

El primer objetivo de esta sociedad era recoger, acopiar y publicar todos los conocimientos del pueblo. Otro objetivo era que esta sociedad contara con tantos centros como regiones había en España. De acuerdo con estas bases, varios jóvenes extremeños, amigos de Machado y Álvarez, constituirán en sus localidades de origen las primeras sociedades extremeñas de folklore. Ya en diciembre de 1881, Matías Ramón Martínez organiza la sociedad de Burguillos del Cerro (Badajoz); y al año siguiente Luis Romero y Espinosa funda la de Fregenal de la Sierra (Badajoz).

La sociedad frexnense actuará de foco para extender por Extremadura las ideas sobre el folklore, gracias principalmente al mecenazgo del Marqués de Riocavado, propietario de la imprenta frexnense “El Eco”, donde se imprimirá la revista El Folk-Lore Frexnense (1883), que acabaría fundiéndose con su homóloga andaluza, El Folk-Lore Andaluz (1882-83), denominándose El FolkLore Bético-Extremeño (1883-84). En ese momento fue la revista más importante de España. Allí publicaron Leite de Vasconcellos, Joaquín Costa, Rodrigo Caro, Antonio Tomás Pires, Rodríguez Marín…

Portada de El folk-lore Frexnense y Bético-Extremeño

La labor de estos folkloristas fue fundamental para el nacimiento de otras sociedades de folklore en la provincia pacense: Fuente de Cantos, Jerez de los Caballeros, Bodonal de la Sierra, Higuera la Real, Zafra, Segura de León, Valverde de Burguillos, Fuentes de León, Olivenza, Don Benito, Alconera, Almendralejo, Medina de las Torres, Salvatierra de los Barros, Nogales, Puebla de Sancho Pérez, La Codosera y Llerena. Además, quedaron en proyecto las sociedades de Alburquerque, Castuera, Herrera del Duque, Mérida, Puebla de Alcocer y Villanueva de la Serena.

Estas sociedades de folklore tendrán gran importancia para la recopilación de la cultura popular en este final del siglo XIX, ya que casi todos los recopiladores están relacionados con estas sociedades. Es el caso de Romero y Espinosa, Ramón Martínez, Cipriana Álvarez Durán, Hernández de Soto…

Luis Romero y Espinosa, nacido en Fregenal, fue uno de los folkloristas extremeños más destacados en este final del siglo XIX. Se licenció en Derecho en Sevilla y allí se relacionó con Antonio Machado y Álvarez, colaborando en la revista La Enciclopedia, dirigida por el propio Machado. Tras su regreso a Fregenal, Luis Romero, que era socio de “El Folk-Lore Andaluz”, fundó en esta villa una sociedad similar. Publicó un Calendario Popular para 1885 y diversos artículos en la revista frexnense, sobre dictados tópicos, refranes agrícolas, mapa topográfico…

Por su parte, Matías Ramón Martínez, nacido en Burguillos del Cerro, también estudió Derecho en Sevilla. Fundó en Burguillos la primera sociedad extremeña de Folklore en 1881. Es otro folklorista destacado, especialmente por sus trabajos en la revista frexnense: fiestas, dictados tópicos, mapa topográfico, refranes, coplas… Uno de sus cuentos, “Los lisiados”, lo transcribe literalmente, reproduciendo el habla popular. Años después de su muerte, Bonifacio Gil publicó una “Miscelánea inédita de don Matías Ramón Martínez sobre folklore literario en Extremadura”, con romances, oraciones, trabalenguas, juegos, rimas infantiles, cantares…

Cipriana Álvarez Durán era la madre de Machado y Álvarez. De padres extremeños, pasó temporadas en Llerena (Badajoz), con una hermana. Y allí fundó, en 1885, en colaboración con Felipe Muriel, la sociedad de “El Folklore de Llerena”. En una de esas temporadas llerenenses, entre 1883 y 1884, recogió cuentos, coplas, trabalenguas, tradiciones…; pero, desgraciadamente la mayoría de estos materiales se ha perdido.

Otro folklorista, Sergio Hernández de Soto, nacido en Zafra, destaca por sus trabajos sobre los juegos y cuentos extremeños. Pensaba publicar cuatro o cinco tomos de cuentos; pero, al final, solo publicó uno, porque la Biblioteca de las Tradiciones Populares Españolas, dirigida por Machado y Álvarez, dejó de publicarse. Y es que las dificultades económicas obligaron a Machado y Álvarez a trasladarse a Madrid y a suspender la Biblioteca. Con ello, en este final del siglo, la actividad de las sociedades de folklore se irá debilitando hasta desaparecer por completo. Esencial será también, en este sentido, la desaparición de la revista frexnense, voz del folklore extremeño.

 

Revista de Extremadura (1899-1911)

A punto de finalizar el siglo XIX, sin embargo, surge de nuevo la posibilidad de que los recopiladores de cultura popular den a la imprenta sus trabajos. En Cáceres, un grupo de intelectuales funda en 1899 la Revista de Extremadura, órgano de divulgación de las Comisiones Provinciales de Monumentos de Badajoz y Cáceres. Allí aparecen numerosos trabajos de historia, arte, literatura, arqueología… y también de cultura popular: supersticiones, romances, geografía popular, refranes, leyendas, cuadros de costumbres…

De los autores que escriben en esta revista, destaca especialmente, por lo que se refiere a la cultura popular, Rafael García-Plata de Osma. Es el más importante recopilador de esta época, con sus números artículos en la Revista de Extremadura y en diversos periódicos. García-Plata estuvo atento a todo tipo de manifestaciones de la cultura popular: romances, refranes, juegos, rimas infantiles… También recogió algún cuentecillo popular como este, de Arroyomolinos de Montánchez (Cáceres), de cuyo pueblo es patrón san Sebastián.

En dicho pueblo tenían un santo tan viejo y deteriorado que tomaron la resolución de sustituirlo por otro que pudiera lucirse en su fiesta anual. Pero, como no querían, o no tenían dinero para hacer grandes dispendios, resolvieron encargar la obra a un artífice del lugar o carpintero habilidoso. Este compró un enorme tronco de naranjo e hizo una efigie que, si no era modelo del arte, servía al menos para reemplazar con ventaja a la antigua. El vendedor del tronco de naranjo quedóse con las ramas sobrantes y con ellas compuso un pesebre que en muy mal estado tenía en su casa. Cuando el nuevo san Sebastián fue instalado en la ermita, acudió a verlo todo el pueblo, quien se deshacía en elogios para el constructor al par que mostraban al santo su mayor fervor. Allí estaba también presente el vendedor del tronco, y chocándole aquella religiosidad hacia un santo cuya procedencia le parecía tan humilde, dicen que exclamó:

Glorioso san Sebastián,

criado en mi naranjá,

del pesebre de mi burro

eres hermano carná;

los milagros que tú jagah

…………………….!

Hay consonantes que son mejores para adivinarlas que para escribirlas.

La labor de García-Plata de Osma, y de otro recopilador de romances, Daniel Berjano, fue alabada por don Marcelino Menéndez-Pidal: “de esperar es que el ejemplo de estos dos sea imitado por otros amantes y estudiosos de la tierra extremeña”.

En la Revista de Extremadura tenemos que destacar también a Publio Hurtado que se acercó al tema de las Supersticiones extremeñas. Incluso Mario Roso de Luna, “el Mago de Logrosán”, llegó a publicar en esta revista un cuento, el de “Blancaflor”. Claro que Roso de Luna recogió estos materiales con un fin peculiar. Para él, España guarda entre sus tradiciones mitos preciosísimos que, expulsados del libro, “se han refugiado en el llamado romance…, en el cuento infantil, y así han podido llegar a nuestra culta época que los adjudica ya la importancia moral y filosófica que ellos merecen”.

Curiosamente, por esta época aparece en Badajoz, una revista semejante a la Revista de Extremadura. Se llamó Archivo extremeño (1908-1911); pero, en ella la cultura popular no fue tema de especial interés.

Digamos ya que, después, habrá otras dos revistas que sí van a ser importantes para dar cabida a los trabajos sobre la cultura popular extremeña. Se trata de la Revista de Estudios Extremeños (desde 1927) y la revista Alcántara (desde 1945), editadas por las respectivas Diputaciones provinciales de Badajoz y Cáceres.

 

Otros recopiladores de la primera mitad del siglo XX

Hemos de incluir entre los recopiladores extremeños al profesor portugués José Leite de Vasconcellos, ya que se interesó por el habla y los cuentos de las zonas fronterizas de Olivenza (Badajoz) y Valle de Jálima (Cáceres), cuentos narrados en lo que Leite consideraba “dialectos portugueses”. Son cuentos como: “A dorra i u lobu”, “U ómi i u bastardu”, “A furniga e u ratunitu”…

El siguiente cuentecillo no deja de ser peculiar: recogido en “mañegu” (la “fala” de San Martín de Trevejo), con grafías portuguesas y jugando con un latín macarrónico. Se titula “A cabra e o lobo”:

Estaba a cabra cabrátis posta ê û canchabálatis (canchal). Binha u lobo lubátis, i le dixu:

–Cabra, cabrátis, baxa-ti du canchu canchátis.

–Nõ, lobu lubátis, porquê me bas a cumel (comer) a mînha carni cabrátis.

I le dixu u lobu lubátis:

–Baxa-ti du canchu canchalátis, q´a mi nu´ me gusta a carni de cabra cabrátis.

Bàxô a cabra cabrátis du canchu canchátis, foi u lobu lubátis, i iá cumei asta us cornus carnabitátis.

 

Años después, 1965, otra profesora portuguesa, María da Conceição Vilhena, escribió una monografía dialectal sobre los Falares de Herrera e Cedillo, con un estudio lingüístico de las hablas y un capítulo dedicado a la literatura oral.

Por otro lado, también es posible rastrear la presencia, o el influjo, de la cultura popular en autores de leyendas, cuadros costumbristas, estampas campesinas…, como Francisco Javier Sancho, Agustín Sánchez Rodrigo, Antonio Reyes Huertas, Vicente Mena, Francisco Valdés…; aunque, en la mayoría de los casos, son textos retocados literariamente.

Es el caso de Antonio Reyes Huertas, escritor costumbrista que insertó, hábilmente, materiales de cultura popular en sus novelas. Por ejemplo, engarzado en el capítulo III de su conocida novela La sangre de la raza, hay un cuentecillo popular. Frasco, el viejo capataz, intenta explicar al amo por qué blasfema un mocetón que está arando al lado del camino; y lo hace mediante el siguiente cuento:

Y, si no, mié usté, señorito, el cuento aquel del Señor y san Pedro. Pos señor, que iban andando Cristo y san Pedro a roar mundos y vieron a un hombre que estaba arando y echaba muchos ajos y barajos por la su boca. Y dijo Dios a san Pedro: –Amos a pedirle que nos dé esta noche cama. –Quite usté, Señor –contestó san Pedro–, ¿no ve usté, que reniega de Dios?– Pos güeno; llegaron y le dicen: –Güen hombre, somos unos probes caminantes y no tenemos onde arrecogernos; ¿quié usté darnos algo pa descansar? –Mién ustés –contestó el labraor–, no tengo más que el aparejo de las mis mulas, pero lo partiremos–. Y dio lo mejor que tenía, que era una albarda, queándose él con lo más malo. Güeno, pos san Pedro, que había pasao la noche con mucho frío, no pensaba más que en una casa que vido por allí cerca, y dijo al Señor: –Si hubiámos dío a aquella casa, no hubiámos pasao tan mala noche–. Güeno, pos allá se encaminaron, desque dieron las gracias al labraor, llegan a la casa y pregunta san Pedro: –¿Dan posá a dos pelegrinos?–. Y el amo de la casa, que era un rico, tóo se golvía arrepararlos de pies a cabeza, poniendo mala cara. –¿Quiénes serán estos asquientos? –preguntó a un criao–; diles que aquí no arrecogemos a naide–. Y güelve san Pedro a decir que adolescan y tengan cariá, hasta que ablandó el señorón. Güeno, pos a la noche apañaron la cama en la cocina encima de las baldosas y dijo el Señor a san Pedro: –Amos a rezar–. Y escomienzan “murumú…, murumú…, murumú…” –¡Estarvos callaos, que no me dejáis dormir! –gritó el amo dende la cama. –¡Ah, Pedro!, ni rezar nos dejan –dijo el Señor–; pero ya vamos a acabar–. Y encontinúan otra ves “murumú…, murumú…, murumú…” –¿No me queréis hacer caso? Ahora veréis –gritó el amo, y se levantó con un verdiasco y palo va palo viene, le dio una tollina a san Pedro que estaba acostao a la punta. Pos güeno, desque el amo se fue otra ves pa la su cama, el Señor golvió a decir: –Hayle que acabar, Pedro, y por si el amo se levanta otra ves, ponte tú en la paré, pa que no te toque dos veces–. Y escomienzan de tercera “murumú…, murumú…, murumú…”, y otra ves se levanta el amo hecho una furia. –Pos antes –dijo–, fue al de la punta, pero ahora va a ser al de la paré–. Y pim pam, pim pam, le dio otra tunda a san Pedro; pero al Señor no le tocó na. –¿Qué, Pedro, onde se duerme mejor? –preguntó aluego Dios. –Con los probes, Señor, con los probes, que no son tan delicaos.

Esto de engarzar materiales de la cultura popular en las novelas nunca pasará de moda; el escritor extremeño Justo Vila es un buen ejemplo, como también la novela La paz del lobo de nuestra amiga Rosa Lencero, que nos acompaña en este Homenaje.

En la línea de la literatura costumbrista se encuentra también Isabel Gallardo, quien recogió, retocándolos, numerosos cuentos tradicionales. Pero queremos destacar otras facetas de esta autora: su acercamiento al mundo de la medicina popular y su colaboración con Bonifacio Gil. De esta colaboración salieron numerosos trabajos, la mayoría quedaron inéditos, aunque, en los últimos años, hemos podido publicar algunos, como los Juegos infantiles tradicionales (2009), la obra más completa sobre folklore infantil extremeño.

El tema de los juegos infantiles ha sido tratado también por Hernández de Soto, Curiel Merchán, Juan Pedro Vera, Antonio Recio, Rafael Rojas… Hasta nosotros le hemos dedicado una obrita, Fórmulas que preceden a los juegos infantiles en Extremadura, con estas formulillas que usan los niños para elegir madre, decidir quién se salva y quién se la queda…

Digamos que el folklore infantil es muy parecido aquí, en Murcia, en Aragón y en Hispanoamérica. Rimas infantiles como Sana, sana, culito de rana…, se dicen hoy hasta en la República Dominicana. Hace unos años, encontré en un pueblecito extremeño a una señora de Honduras y, al ver que en su tierra se decían casi las mismas cosas que aquí, le pregunté: “¿Y eso por qué será, Rosa?” Dice: “Pues porque lo llevó allí Cristóbal Colón”…

Lo que parece evidente es que basta leer una pequeña relación de rimas infantiles, para comprobar que la mayoría no nos resultan extrañas: Santa Rita, santa Rita, El que fue a Sevilla, Arre, borriquito…, Mira una mancha de huevo, Antonio retoño, Cigüeña, malagueña, De codín, de codán

 

Portada Juegos infantiles tradicionales

Pero, prosigamos. Forzoso es citar a Bonifacio Gil, un militar riojano que llegó a Badajoz y aquí publicó su estupendo Cancionero popular de Extremadura, en dos tomos (1931 y 1956). Otros cancioneros han publicado también Manuel García Matos, Ángela Capdevielle, Francisca García Redondo, Pedro Majada, Fernando Flores del Manzano, Emilio González Barroso, Manuel Lozano…

Hay que recordar también a nuestro extraordinario “Bibliófilo extremeño”, Antonio Rodríguez-Moñino, quien se interesó desde muy joven por el folklore extremeño y, entre otras cosas, nos dejó una obra monumental sobre los Dictados tópicos de Extremadura (1931), que luego amplió con el título de Diccionario geográfico popular de Extremadura (1965). Los dictados tópicos son dichos, cantares, a veces también refranes, referidos a los pueblos y a sus gentes. Valga este ejemplo: Ser más bruto que los de Montijo, que cuando nace un montijano le chocan la cabeza en un peñasco para ver si es del pueblo (Todavía en algunos sitios creen cierta esta broma).

El tema de los dictados tópicos ya había sido tocado por Gonzalo Correas, Romero y Espinosa, Matías Ramón Martínez, García-Plata de Osma… Ahora, siguiendo a Moñino, van a surgir nuevos investigadores, como Bonifacio Gil o José Ramón Fernández Oxea, un inspector de educación, gallego, que publicó en 1949 sus “Nuevos dictados tópicos cacereños”. Nuestra intención es, en unos años, poner al día este tema de los dictados extremeños.

 

Recopiladores a mediados del siglo XX

Al acercarnos a la mitad del siglo XX, surgen nuevos recopiladores de cultura popular, como Marciano Curiel Merchán y Moisés Marcos de Sande.

Curiel Merchán fue maestro. Nació en Garganta la Olla (Cáceres); pero vivió principalmente en Madroñera y Trujillo (Cáceres). Sus nietas, Marisa y Pilar Montero Curiel, están sacando a la luz algunos de sus trabajos inéditos. Curiel publicó juegos y, especialmente, Cuentos extremeños (1944), una colección de 144 cuentos, con algunos retoques literarios, excepto en los últimos cuentos, que fueron recogidos con mayor fidelidad.

Portada Cuentos extremeños

Otra recopilación, más pequeña y menos conocida, es la de Marcos de Sande, un médico que publicó en 1947 sus “Cuentos extremeños”, recogidos en Garrovillas (Cáceres). Por primera vez, todos los cuentos están transcritos fielmente, lo que se comprueba hasta en el título: “El labraol y suh hijuh”, “El baili”…

La señora y el médico: Cayó una señorona enfelma y mandó a la criá llamal al meicu. Cuando la bió el meicu a la señorona, ba y le dih: “–Qu´ha comiu?” “–Comí unah tribiñah, me se par´en el crisol, me dolió la media naranja y me tembrarun las columnah”. El meicu, que no entendió naíta, le dih a la criá que le ehpriqui aquello, y la criá le dih: “–La señora comió unah soporrah, le par´en en la barrigorra, le dolió la cabezorra y le tembrarun lah patorrah”.

 

Recopiladores a finales del siglo XX

Al final del siglo XX, el plantel de recopiladores aumenta considerablemente y, además, presenta un cambio destacable. Hasta entonces los recopiladores solían ser hombres y sus informantes mujeres; pero, ahora, respecto a los recopiladores, esto se equilibra y empezamos a contar con bastantes mujeres, la mayoría profesoras, que se acercan a la cultura popular. Citaremos algunos nombres, a título de ejemplo.

María José Vega y el antropólogo italiano Maurizio Catani (DEP) recogieron materiales de cultura popular en Las Hurdes, pero no han terminado de publicarlos. También en la Hurdes han recogido materiales, sobre todo romances y cuentos, Félix Barroso, José Luis Puerto y Antonio Lorenzo Vélez; hace años tenían previsto publicar una serie de volúmenes; pero el proyecto tampoco ha salido adelante.

No faltan matrimonios como los maestros Pedro Montero (DEP) y Pilar González Pérez, interesados en los juegos y los cuentos populares en la ciudad de Badajoz; Jesús Barbero Mateos y Remedios Cuesta, interesados en los juegos y cuentos de Serradilla (Cáceres); Sebastián Díaz y Charo Guerra, en las fiestas y el romancero de Piornal…

La profesora Araceli Bravo Yuste, de Navalmoral de la Mata (Cáceres), ha publicado cuentos y leyendas en la comarca de Trujillo, a partir de experiencias escolares. Y lo mismo han hecho Manuela Cantonero y otras profesoras en el Instituto de Jerez de los Caballeros (Badajoz). M.ª Angustias Nuevo Morales, desde el IES de Navalmoral de la Mata ha recogido todo tipo de materiales en la comarca del Campo Arañuelo. Pilar Barrios se ha centrado en la música de tradición oral…

Eugenio López Cano ha recogido diversos materiales en Alburquerque (Badajoz), Francisco Cillán en Puerto de Santa Cruz (Cáceres), José María Otero en la Siberia extremeña, Manuel Simón Viola en Jola y La Codosera (Raya portuguesa), Alejandro González Terriza en el Campo Arañuelo; Alonso Rubio en La Codosera (Badajoz), Cosme Alfonso Tomé en las Villuercas, Ángel Calle en Piornal (Cáceres)…

Portada del Cancionero y romancereo del Campo Arañuelo

Portada del Cancionero y romancero del Campo Arañuelo

Valeriano Gutiérrez Macías, militar y escritor cacereño, publicó numerosas colaboraciones sobre folklore extremeño en diversas revistas. En 1994 publicó el siguiente cuento, “Relato popular: un niño de ochenta abriles en Torre de Santa María”:

Decía un hombre, que tenía la profesión de re­covero en su tiempo, que donde él vio los hombres más viejos fue en Torre de Santa María, villa del partido judicial de Cáceres. Dando una vuelta por el pueblo y todo su ámbi­to, el recovero vecino de Cáceres, vio a un hombre que frisaba los ochenta años de edad y que se ha­llaba llorando. Como, en verdad, le sorprendía el llanto y la aflicción del anciano, le preguntó al momento:
–¿Por qué llora usted, buen hombre?

–Porque me ha pegado mi padre –respondió presto, gimoteando, con tono grave y compungido.
Su padre, que se hallaba a su lado, dijo al visit­ante, con ademanes severos:

–He pegado a mi hijo porque ha ofendido a su abuelo, y a las personas mayores hay que respe­tarlas.

–¿Dónde está su abuelo? –inquirió incrédulo el forastero.

–En la era, cargando un carro de paja.

Efectivamente, el recovero se fue, presuroso, al ejido del pueblo, en el que se instalaban las eras, donde encontró al abuelo, entregado a sus faenas. En seguida, le dijo:

–Abuelo, ¿cuántos años tiene usted?

–Yo ya no me acuerdo –respondióle con vive­za, y añadió­–, pero, puede preguntarle al señor cura, don Pablo, que me bautizó; aún vive, pero está algo achacoso, el pobre…
El viajero, un tanto asombrado por lo que aca­baba de oír, fue a visitar al sacerdote, quien no se hallaba en su domicilio. Según le informó la madre de este, se había ausentado para ir a Trujillo, a comprar una bicicleta para el abuelo de referencia.

 

Fernando Flores del Manzano, natural de Cabezuela del Valle (Cáceres), también ha investigado sobre diversos temas populares: leyendas, mitos, habla, cuentos… José Manuel Pedrosa, aunque no es extremeño, ha recogido aquí supersticiones, canciones, romances, cuentos… Al tema de la gastronomía se ha acercado Andrés Oyola; al de la religiosidad popular, Francisco Tejada Vizuete (DEP); al de la indumentaria tradicional, Eduardo Acero; al de las leyendas, José Sendín Blázquez; al de las nanas, José Luis y Pedro Majada; a los acertijos, Félix Barroso; al de los apodos, José Cenizo y José Luis Rodríguez Plasencia; a los juegos, Rafael Rojas; al de las creencias y supersticiones se han acercado Yolanda Guío, Pilar Montero Curiel en Madroñera (Cáceres), Luis Alonso Rubio en Olivenza (Badajoz), José María Domínguez en la provincia cacereña…

Tenemos también grupos de investigadores que hacen trabajos en común sobre medicina popular. Es el caso de varios médicos y veterinarios (Antonio Penco, Diego Peral, Consuelo Carrasco, José Ramón Vallejo, Francisco M.ª Vázquez…) en las zonas de Zafra, Guadiana…

Por cierto que Guadiana es un pueblo nuevo de colonización. En Extremadura se levantaron, en el siglo XX, más de sesenta pueblos nuevos. Y allí se juntaron familias de distintas procedencias, y a veces, les costaba entenderse. Para hacernos una idea, en Valdelacalzada, que fue pueblo piloto del Plan Badajoz, se juntaron familias de 60 pueblos diferentes, y han tenido que ir conformando su propia identidad. En uno de estos pueblos, Vegas Altas, un colono, Justo Carvajal, procedente de Carmonita (Badajoz), me contaba las polémicas que siguen surgiendo:

El otro día me metí en una discusión. Los de Usagre dicen:

–Culantro.

–No, culantro no –digo–; es cilantro.

Y el otro:

–Coño, es culantro.

Lo más gracioso es que ambas palabras son correctas.

Hay que llamar la atención también sobre los materiales extremeños de cultura popular que se recogen fuera de Extremadura. Valgan dos ejemplos. Un profesor, José Luis Garrosa, durante el curso 2001-02, tuvo la oportunidad de recoger varios cuentos de una alumna de un Instituto de Parla (Madrid). Esta alumna se los había recogido a su abuela, natural de Madrigalejo (Cáceres). Y es que, en Madrid, hay tantos extremeños que se dice aquello de “Extremadura tres: Cáceres, Badajoz y Leganés”.

Otro ejemplo: en un artículo de Ramón García Mateos, en 1991, sobre “Romances y cuentos de la emigración”, encontramos varios textos de origen extremeño, que le fueron narrados en Cataluña por una señora de Valencia de Mombuey (Badajoz). En Cataluña también dicen: “Extremadura tres: Cáceres, Badajoz y Hospitalet”.

Y también se han acercado a este mundo de la cultura popular extremeña antropólogos como Javier Marcos Arévalo, Ismael Sánchez Expósito, Aniceto Delgado, M.ª Jacinta Sánchez Marcos, Santiago Amaya, Rufino Acosta, Carlos Calderón…

Tenemos incluso la suerte de contar con varias tesis doctorales sobre la tradición oral. Es el caso de las tesis de dialectología (el habla también la aprendemos por tradición oral), como la de Óscar Fink (“Estudio sobre el dialecto de Sierra de Gata” –Studien Úber Mundarten der Sierra de Gata–, Hamburgo, 1929) o la que nos ha servido a tantos de modelo, El habla de Mérida y sus cercanías  (1943), de Alonso Zamora Vicente, maestro de Antonio Viudas. En ella, don Alonso nos dejó un buen libro de folklore: descripciones etnográficas del carboneo y del corcho, juegos infantiles, dictados tópicos…

Tesis doctorales de dialectología son también la de Juan José Velo (“El habla de las Hurdes”, Madrid, 1956), Pedro Barros (“El habla de Arroyo de San Serván”, Granada, 1974), John Cummins (“El habla de Coria y sus cercanías”, Londres, 1974), José María Requejo (“El habla de Las Hurdes”, Salamanca, 1976), Eugenio Cortés (“El habla popular de Higuera de Vargas”, Zaragoza, 1977), Fernando Durán (“El habla viva de Valencia de Alcántara y sus cercanías”, Granada, 1978), Fernando Flores del Manzano (“Contribución a la Dialectología Extremeña”, Univ. Complutense, 1983), M.ª Mercedes de Sande (“El léxico y la toponimia de las tierras de Alcántara”, Salamanca, 1985), M.ª Purificación Suárez (“Toponimia de la comarca Tierra de Barros”, Sevilla, 1995), Jesús C. Rey (“Hablas fronterizas extremeñas”, Univ. de Extremadura, 1997), Antonio M.ª Castaño (“Contribución a la toponimia de Extremadura: La Serena”, Univ. de Extremadura, 1997), Miguel Becerra (“Léxico popular del habla de Almendralejo”, Univ. de Extremadura, 1999, dirigida por Antonio Viudas), José Antonio González (“Cartografía lingüística de Extremadura”, Univ. Complutense, 2000), Miguel Vega (“Geolingüística extremeña: Árboles y arbustos”, Univ. de Extremadura, 2003), Francisco José Casillas (“La toponimia de Coria y sus cercanías”, Univ. de Extremadura, 2005), Elena Fernández de Molina (“El habla de Mérida”, Univ. de Extremadura, 2014)…

Otras tesis destacables, referidas al tema que nos ocupa, son las de Sebastián Morales (“El folklore de Villanueva de la Serena”, Granada, 1979), la nuestra (“El habla y la cultura popular de Valdecaballeros”, Univ. de Extremadura, 1983, dirigida por Antonio Viudas), la de Eloy Martos (“Cuentos populares extremeños: estudio morfológico”, Sevilla, 1984), la de Yolanda Guío (“Salud, enfermedad y medicina popular en Extremadura. Un acercamiento desde el americanismo”, Univ. Complutense, 1991), la de Pilar Montero (“El habla y la cultura populares de Madroñera”, Univ. de Extremadura, 1993), la de Eulalia M.ª Pablo (“Cantes extremeños. Un estudio histórico-descriptivo”, Sevilla, 1998), la de Enrique Barcia (“Los cuentos populares extremeños. Su utilización didáctica en Educación Infantil y Primaria”, Univ. de Extremadura, 1999), la de Rosario Guerra (“El folklore de Piornal”, Univ. de Extremadura, 2000)…

 

Recopiladores en el siglo XXI

No faltará quien piense: “Bueno, pero todo esto, ya en el s. XXI, se irá agotando…” Pues no. Valgan algunos ejemplos.
En el año 2011 se publicó la última gran colección de cuentos, por ahora, la de José María Domínguez, Los cuentos de Ahigal, con más de 250 cuentos.

No es de esta parroquia: Los curas como siempre andan bebiendo vino pos saben mucho de eso de los vinos de cosecha. Asín que iban por las tabernas con los amigos y bebían vino, que es que antonces na más que se bebía vino. El cura cogía y se jincaba el campano de vino, y el cura le dicía al de la taberna:
–Este vino es de tío Pascual, de la cosecha de jace tres años.
Iban a otra taberna y lo mesmo. Eso era probar el vino y ya está:
–Este vino es de tío Cleto, de las parras macabeas de pal Viñazo.
Asín con tos los laos. Hora que una que estaba en la taberna, que era la tabernera, pos va la tabernera y ve que pasa una probe que estaba en estao, de esas que van pidiendo pa aquí. Se sale pa juera con una jarra y se va pa ande la probe, y le dice a la probe:
–Si me echa una meá en esta jarra le doy un rial y medio.
Es que antes las mujeres meaban de pie, asín que cogió la probe la jarra y le echó una güena meá que se le enllenó la jarra enterita. Claro, pos se ganó el rial y medio. Aluego va pa adrentro la tabernera y le echan un campano de la jarra al cura. Eso na más que jue probalo y salta el cura:
–Vente años, preñá, pelambrera rubia y rizá, que no usa bragas, y encima no es de esta parroquia.
¡Amos!, que el listo del cura se conocía el vino de toas las parroquianas.

Del año 2013 podemos mencionar el trabajo de una antropóloga, M.ª Jacinta Sánchez Marcos, titulado “Bienes Culturales Intangibles. El Campo Arañuelo: Rituales Festivos, Tradición Oral y Ciclo de Vida”, editado por la Asociación “Adaegina”, Amigos del Museo de Cáceres. Entre los numerosos materiales hay cuentecillos breves, como el siguiente:

Era una mujer y se le murió el marido. Y cuando le llevaban a enterrar decía:

–Adiós, Matías,

que entre las patas te llevas

lo que a mí me divertía.

Y era que el hombre tocaba la guitarra y la mujer, como pudo, le metió la guitarra en el ataúd, y por eso lo decía.

 

Una pregunta: ¿Ustedes creen posible recoger hoy canciones de zambomba? Pues, en 2016, el madrileño José Manuel Fraile publicó en Salamanca el libro Tradición oral y zambomba, una obra monumental (más de 700 páginas). José Manuel se recorrió 29 provincias. Lo más increíble es que José Manuel es invidente. Por eso no transcribe partituras, sino que incluye dos CDs con las canciones originales. Aquí en Extremadura recorrió 69 pueblos. Yo le acompañé en varios. El pueblo más peculiar quizá fuese Peloche (Badajoz), donde los quintos, chicos de 18 años, salen durante las navidades, por las noches, cantando por el pueblo. Les grabó una veintena de canciones.

Y vamos con este año, 2019. En febrero presentamos un libro en Fuenlabrada de los Montes (Badajoz), Cancionero calabrés, de Pablo Villanueva, maestro jubilado, con más de un centenar de canciones y sus partituras: canciones infantiles, nanas, romances, villancicos… Y en abril, presentamos en Piornal un monográfico de la revista Saber Popular, dedicado al Romancero de Piornal, con más de cien romances, recogidos por Sebastián Díaz y Charo Guerra.

Pero no solo se recogen ahora canciones y romances. Hace tres semanas se presentó en Cáceres otra estupenda recopilación, obra de José Luis Macías Rico: Arroyo claro. Un acercamiento a la cultura popular de transmisión oral en la localidad de Calamonte. Es un libro completo, unas 500 páginas, editado por el ayuntamiento. En él, Macías recoge, por supuesto, romances y canciones, pero también coplas, fandangos, rimas infantiles, cuentos, leyendas, chascarrillos, oraciones, refranes, adivinanzas, trabalenguas, juegos… A mí me gustan muchos algunas coplas:

Tienes una cinturita

que anoche te la medí,

con la cincha de mi burra

y la tuve que añadir.

O aquella de:

Mi agüelo cuando murió,

murió con el culo abierto

y de herencia nos dejó

¡un peo pa cada nieto!

 

Diremos también que a las instituciones públicas les cuesta un poquito seguir esta corriente; pero siempre hay excepciones. La Diputación de Badajoz viene publicando últimamente libros de temas localistas y de vez en cuando, hay alguno de cultura popular, como el Cancionero calabrés, que hemos citado hace un momento. La Consejería de Cultura está publicando unos cuadernos, “Lecturas de Antropología”, con temas de etnología, antropología y patrimonio inmaterial; llevan veinte títulos. Y la Diputación de Cáceres inició en el año 2013 una colección infantil de cuentos, “El Pico de la Cigüeña”, adaptando e ilustrando los cuentos populares extremeños, en ediciones bilingües, español-inglés. Llevan publicados ya siete tomos. Colaboran varios profesores universitarios, entre ellos Enrique Barcia. En 2016 presentaron la edición en alemán; y después ha habido traducciones al inglés, francés, ruso, polaco…

Portada de la revista Saber popular

Y vamos terminando. Recordaréis que, a finales del siglo XIX, la revista El Folk-Lore Frexnense marcó un hito en la recopilación de la cultura popular extremeña. Pues bien, cien años después, en 1987, volvió a surgir en Fregenal otra revista de Folklore, la revista Saber Popular, fundada por otro frexnense, Juan Andrés Serrano, que fue el primer presidente de la Federación Extremeña de Folklore. Y en ella andamos también nosotros metidos. Llevamos ya más de 30 años y 38 números.

Por eso, termino con una conclusión más que evidente. En la recopilación y el estudio de la cultura popular, Extremadura sigue siendo en nuestro país una de las regiones mejor conocidas.

Y no quisiéramos pecar de inmodestia, pero nosotros también hemos aportado nuestro granito de arena: hemos publicado casi mil cuentos (en cuatro colecciones de cuentos extremeños y otra de cuentos extremeños y andaluces), hemos publicado colecciones de acertijos, de trabalenguas, de folklore infantil, de juegos infantiles, de teatro popular…; dirigimos la revista extremeña de folklore Saber Popular y hemos rescatado obras como El Refranero de Agricultura de Luis Romero y Espinosa, los Juegos infantiles extremeños de Isabel Gallardo y Bonifacio Gil, El folklore de Villanueva de la Serena de Sebastián Morales (en imprenta) o el Cancionero popular de la Baja Extremadura, de Francisco Tejada (en proyecto).

Juan Rodríguez Pastor. Cuentos extremeños maravillosos y de encantamiento

Y terminaremos con una última aclaración. Aunque decimos juegos extremeños, trabalenguas extremeños, cuentos extremeños…, en realidad son versiones extremeñas de juegos, trabalenguas, cuentos… generalizados, que han sido recogidos en Extremadura y que, por eso, a veces, presentan algunos rasgos peculiares, como, por ejemplo, el sufijo “-ino” en este trabalenguas que nos contó en Retamal de Llerena, la señora Carmen, de 81 años:

Detrás de la mi majá

hay una zorra pegá, megá,

andina, andorra,

picarazada y sorda,

que tiene cinco zorrinos

peguinos, meguinos,

andinos, andorros,

picarazados y sordos;

si la zorra no fuera pegá, megá,

andina, andorra,

picarazada y sorda,

no tuviera unos zorrinos

peguinos, meguinos,

andinos, andorros,

picarazados y sordos.

Muchas gracias.

 



HOMENAJE A EXTREMADURA 2019

SÁBADO 9 DE NOVIEMBRE

De 9,30h. a 22:00h.

Entrada libre hasta completar aforo

Lugar: RESTAURANTE-CAFETERÍA MUSEO VOSTELL MALPARTIDA

Malpartida de Cáceres. Extremadura. España

De 10 de la mañana a 10 de la noche

ORGANIZA:

Antonio Viudas Camarasa. Miembro numerario de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes / Sociedad Científica de Mérida. Miembro Activo Clase Pasiva. Origen: Alma Mater: Universidad Complutense (1969-1974). Alma Faber: Universidad de Extremadura (1974-2019)

COORDINAN:

Isabel Plano Calvo. Concejala de Cultura y Patrimonio del Ayuntamiento de Malpartida de Cáceres

Antonio Viudas Camarasa

 COLABORAN:

Restaurante Cafetería MUSEO VOSTELL MALPARTIDA

Ayuntamiento de Malpartida de Cáceres

Consorcio MUSEO VOSTELL MALPARTIDA

Museo JUAN JOSÉ NARBÓN. Malpartida de Cáceres

Centro de Vías Pecuarias. Malpartida de Cáceres,

Sociedad Científica. Mérida

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