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2018 09 03 Antonio Viudas Camarasa

SENDERISMO DE HOSPITAL

Diálogo convaleciente con Cajal, Unamuno y Maranón

Libro en proceso de redacción. Venta en librerías a partir de diciembre 2018

 

TALASOTERAPIA EN SINES

Por Antonio Viudas Camarasa

El viernes empiezo a preparar mi deseo: curarme  en el mar de Sines. Felicito a Rosa que cumple años. Le mando un texto que le hace llorar. Muchos años juntos gozando y superando obstáculos. Le digo que:

«Me curo despacito para volver a ser el fiscarraldo que he sido siempre»

en alusión a la película brasileña que hace subir un barco contracorriente.

Me enfado el sábado contra mi ordenata. No quiere imprimir mi parte de Incapacidad Temporal. Después de la siesta se arrepiente y me lo imprime.

Cena de cumpleaños en Mérida con toda la familia. Todos pendientes de mi comida y me miman. Estoy cansado por culpa de la informática y se me nota en la cara. Creen que es un bajón en el pos-operatorio.

Noche de calor y ruidos de feria en Mérida.

SINES CRUZANDO O ALENTEJO

A las once salimos de Mérida y a las cuatro de la tarde en el acantilado de Sines Norte. Conduzco muy bien hasta Badajoz en que lleno el depósito. 1.14 euros,  en Portugal 1.54. Hay que economizar y guardar para el invierno.

Cruzo todo el Alentejano conduciendo con estilo y ahorrando gasoil. En las bajadas levanto el pie del acelerador y en las cuestas pongo cuarta. Veo el paisaje como nunca.

He hecho este recorrido miles de veces. Pienso que conocí Portugal en puente histórico el de San José de 1974. Mi guía de Queluz fue mi lector de portugués el tan revalorizado Ruy Belo, poeta, escritor y sufridor de Portugal.

Conocí Lisboa y Queluz buscando Arte y me encontré con el mar y la literatura de la mano de un muy buen escribidor y pensador portugués.

De Elvas a Sines repasé la historia de Portugal. Elvas fronteriza. Estremoz con su reina de origen aragonés. Arraiolos con su arte de alfombras artesanas. Montemor o Novo, cruce de religiones y patria de San João de Deus, que tanto hizo por los desarraigados en Zafra y Granada y sigue curando enfermedades raras en Barcelona.

Alcaçer do Sal, que esconde los secretos de los arrozales del río Sado, que nace en las serranías de Alvito cerca de ÉVORA y BEJA, cuna de la revolución agraria portuguesa.

Y al pasar Grándola  (tarareo Grandola Vila Morena de Zeca Afonso, a quien conocí con Ruy Belo en la Colegio Mayor San Juan Evangelista). Mi autocaravana se sumerge en una de las rivieras con el olor del mar que me trae su brisa fresca.

Estoy al pie de Santiago de Cacem, la antigua Miróbriga.

PRIMERA SESIÓN DE TALASOTERAPIA

En el acantilado de Sines Norte descanso tres horas. Ventanas abiertas meciéndome en lecho de convaleciente con el aire y la brisa del mar.

El mar, mi mar de Sines, me cura del cansancio de conducir cinco horas y de la noche toledana de Mérida –calor sofocante y ruidos que el cauce del Albarregas me trae del ferial situado en el ENTRERRÍOS del Anas y el arroyo de los Barros–

Segunda secuencia

Me acerco a la famosa playa de Sâo Torpes. Me baño al atardecer con agua de 26 grados. Comparto sauna libre con un senagalés. Observa mis cicatrices. Pone sus reparos. El agua puede ser perjudicial. Le digo que mi cirujano es partidario de la cicatrización al aire libre sin cura. Técnica nueva. Le convenzo. Salimos de la sauna. Él se dirige a su coche almacén de venta ambulante. Se quita la arena de los pies con una garrafa de agua. Hago lo mismo en mi autocaravana. Mi burgués bomba de agua se ha vuelto proletaria y se ha quemado con las tan altas temperaturas del Alentejo.

Me miro al espejo y observo que cinco horas de sol me han quitado la cara de paciente de la cena de ayer. Me autorretrato y me reafirmo. El sol, la brisa y el agua del mar me están curando. A eso le llaman TALASOTERAPIA.

Envío un saludo a mis amigos desde Porto Covo y  anoto:

«Saludos desde el parque de Porto Covo. Paseo al anocher. Un padre de dos niños acompañado de su madre recita «O mar, o mar, o mar, o mar, o mar» y les aclara a la crianças:  ES UN POEMA. Y les pregunta a los niños ¿Os ha gustado?». 

Pienso en la literatura del absurdo y a veces en las claves de muchos humores.

 

 

Si esta costa alentejana de Sines me ha curado tantas veces de mis heridas del alma de los últimos 22 años de la historia de España, el aire, el sol, el silencio, el agua del mar de Porto Covo también sanarán las heridas que me ha producido en mi cuerpo la traidora BRUJA VESÍCULA.

En 1996 decidí abandonar el juego saltabarreras  del atleta trepa y dedicarme a pensar, leer e investigar lo que me apeteciera ante un sistema vigilante del libre pensamiento impuesto con los controles que iban llegando. Acerté.

Surgieron lumbreras que decían lo que se tenía que pensar y lo que se tenía que decir en creación literaria y metodología pseudocientífica.

La pragmática dominó el panorama de la ciencia y los más in- se dedicaron a estudiar el lenguaje juvenil de los mensajes cortos de sus hijos por sms, mensajes mínimos para mentes con ejercicio neuronal escaso.

De windows 95 he pasado a los cursos para que la posverdad venza batallas imposibles.

La Universidad se puso al servicio de controles de calidad del mercantilismo globalizado. El fracaso ha sido rotundo y nadie lo quiere reconocer. Engañan a todos con el eslogan «Somos la generación mejor preparada» para ser titulados explotados y convictos mileuristas del universo.

Empezó la moral de la mediocridad en el pensamiento español. Se empezó a premiar a los escritores adictos a los planes de la partitocracia. Premios y medallas concedidos siempre a los políticamente correctos. Se empezó a abandonar el libre pensamiento en las investigaciones humanísticas.  Los intelectuales de oficio entraron en la nómina oficial de asesores de la partitocracia. Se mató el pensamiento libre en Europa. Los revolucionarios de mayo del 68 se convirtieron en ganadores de juego bursátil. Mientras surgen nuevos revolucionarios apoyados en el consecuente José Luis Sampedro que ya empiezan a ser burgueses. Mientras doctores cuarentones no llegan a mil euros mensuales adoctrinando de acuerdo con las fichas fiscalizadoras docentes a las jóvenes generaciones universitarias. La universidad se queda triste y sola como dice la canción de la tuna española. Fonseca se queda sin pensadores.

Y aquí  estoy en Portugal luchando contra los efectos de mi bruja Vesícula y contra el sesgo de confirmación y las posverdades. En estos 22 años hemos vivido las consecuencias de la acertada frase de Rosa Lencero «… hay mucho mediocre muy bien arropado». Ahora desarropados casi todos protestan porque tienen frío y van en cueretes euromente hablando.

A todo ese bagaje de aire, sol, silencio y agua del mar  meditando le añadiré el arte del bien leer con lectura comprensiva y crítica lo que me manden Carlos Baena y Martín Martínez Riqué.

Por la transcripción Antonio Viudas Camarasa. Senderismo pos-operatorio por el mar de Sines. 4 de septiembre de 2018. Amanecer de neblina en la costa atlántica portuguesa.

 

Después de enviar mi senderismo marítimo uno de mis lectores que comprenden y comparten muchas veces lo que escribo me contesta:

«Por lo que leo, estas ya para la nueva travesía del desierto. La lucidez intelectual impecable, para el nuevo curso – político y académico -, visto este texto tan puntualista que firmaría, sin duda, Julio Cortázar. Aquí estamos esperando  […]. Mis respetos a Rosa por sumar camino, bien vivido y empeñado. Chapó por la alusión a Fizcarraldo, esa película insuperable que filmó Werner Herzog y que, a muchos, nos hizo creer en la mejor chispa creativa de la locura humana, algo que, en estos tiempos de deriva, parece haberse esfumado. Un fuerte abrazo para Rosa y para ti». Antonio, España, 2018

 

En esta recuperación no estoy solo. Mis lectores me animan a seguir adelante y Martín, desde Lund (Suecia),  quiere que supere mi bache físico y me manda este balón de oxígeno para que aflorece en mí lo que durante tantos años de experiencia y lectura ha quedado impregnado en mis neuronas:

«Sigo tus andanzas físicas y mentales, evocando historias y sensaciones pasadas. Creo percibir como se abre un camino nuevo ante tus ojos. Vas desandando lo andado, recogiendo cosas que quedaron atrás por falta de tiempo y ahora recoges como flores del campo, atando un ramillete de palabras que visten tus ideas». Martín, Lund, 2018

Sí, Martín, ha surgido un camino nuevo y lo tengo que seguir. Y en confidencia te digo que «Es muy difícil atar palabras para vestir ideas», pero tú me sigues abriendo nueva ruta:

«Existe la idea como cuerpo antes que el verbo. Idea sin palabra, idea es. Palabra sin idea, nada es». Martín, Lund (Suecia), 2018.

 

 

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