In Otras Colaboraciones

 

2016 11 09 8:41. Antonio Viudas Camarasa

 

Nos conocimos como admiradores de Alonso Zamora Vicente el 18 de abril de 2016 en el homenaje de la Complutense. Por lo que dijo en público y lo que hablamos en privado sintonizados en muchos aspectos. Le pedí colaboración enseguida me dijo que sí y con conversaciones con Berta supe que cumpliría. Está muy ocupada, verás qué bien te ayudará a tu aventura de locos, Antonio. El 6 de octubre ya tenía su buen decir sobre el buen hablar de Alonso Zamora Vicente. Gracias Paz por tu fiel testimonio sobre Alonso Zamora Vicente.

Correos electrónicos

6 de octubre de 2016

De: BATTANER ARIAS, MARÍA PAZ
Fecha: 6 de octubre de 2016, 12:09
Asunto: Re: 2016 10 06 ITINERARIO ARTÍSTICO LITERARIO (2016). «ALONSO ZAMORA VICENTE». 100 años de su nacimiento.
Para: Antonio Viudas Camarasa
Querido Antonio,

Con admiración por tu entusiasmo y tu energía, te envío las dos páginas que me pediste en recuerdo de don Alonso.
Muchas gracias por tu interés. Un fuerte abrazo,
Paz
———- Mensaje reenviado ———-
De: Antonio Viudas Camarasa
Fecha: 6 de octubre de 2016, 14:31
Asunto: Re: 2016 10 06 ITINERARIO ARTÍSTICO LITERARIO (2016). «ALONSO ZAMORA VICENTE». 100 años de su nacimiento.
Para: Paz Battaner Arias

Paz, sencillamente preciosas tus palabras.

Las acabo de leer haciendo la compra en Mercadona en un rincón del súper y me han levantado el ánimo. Sana envidia de tu saber decir tanto en tan pocas palabras tan bien escritas.
Buscaré a alguien que las lea con gusto en los 10 minutos tuyos.
Gracias de corazón por tu ayuda en esta aventura tan hermosa donde por ahora está todo muy bien encauzado.
Un fuerte abrazo y mucha suerte en tu nueva etapa vital.
Antonio

Breve curriculum de Paz Battaner

paz-battanerPaz Battaner es Catedrática jubilada de Filología Española. Ha sido la coordinadora del grupo de investigación Infolex del Institut Universitari de Lingüística Aplicada de la misma universidad y ha dirigido proyectos I + D+ i sobre temas de semántica léxica y de lexicografía, desde 1994 hasta 2008; hoy sigue colaborando con el grupo. Algunas de sus publicaciones sobre léxico y lexicografía son Estudio del vocabulario político-social en España (1868-1873), (1977) Madrid: Anejos al BRAE; El corpus PAAU 1992, estudios descriptivos, textos y vocabulario (2005), junto a Sergi Torner, Barcelona, IULA-UPF; varios artículos en revistas especializadas y capítulos de libros. Ha impartido docencia en varios niveles educativos con especial dedicación a la formación de profesores y de poststgraduados.

http://www.upf.edu/pdi/dtf/paz.battaner/

 

El buen hablar

Paz Battaner

Agradezco la invitación que se me ha hecho a intervenir en este día de homenaje y recuerdo del quehacer de don Alonso.

He recordado estos días que don Alonso enseñaba sus disciplinas de manera natural y fácil; es decir, oírle en clase casi bastaba para saber los fenómenos evolutivos de las lenguas románicas o las variedades del romance peninsular, pues Lingüística románica y Dialectología española eran sus materias. No sé si se había propuesto hacer grata la exposición utilizando en ella todos los tonos; seriedad, rigor científico, anécdotas y su poquito de sorna. Unas veces daba razones de lo que exponía; otras, por evitar prolijidad, iba lisa y llanamente al cambio fonético o morfológico que intentaba transmitirnos; seguramente utilizaba un énfasis tan amable y natural, que no he asociado nunca a estas materias estudio tedioso y repetitivo. Tengo un precioso recuerdo de las horas que pasamos con él en clase y, también, en los pasillos o en la cafetería, cuando se acercaba a comentar con nosotros un asunto de actualidad y a transmitirnos otra lección de vida.

Yo tuve la suerte de recibir de don Alonso, orientaciones, información, apoyo material, acogida amistosa, regalos materiales e intelectuales, en directo. Esto no se puede transmitir. Algo de su magisterio a los que no lo conocieron, un aspecto de su magisterio en el que puso él tanto interés a lo largo de toda su vida, sí que puedo intentar transmitirlo. Es un rasgo muy representativo de su sensibilidad lingüística: el uso, la búsqueda, el relieve otorgado a las palabras sencillas, con historia, que pueden oírse en boca de todos, que no requieren gestos ni cuidada articulación, pero que llevan verdad y entroncan con la realidad; las palabras que son fáciles de pronunciar, que tienen la eufonía patrimonial del español, que se pueden pronunciar, literalmente, con familiaridad. Este gusto y carácter por la lengua empleada así, que enseñó continuamente, conviene traspasarlo a las siguientes generaciones.

De esta manera concibo este homenaje: una presentación a los estudiantes de hoy de una persona que puede conectar con ellos para que el curso de su magisterio fluya. AZV fue un filólogo que buscó en zonas dialectales, en textos literarios medievales, modernos y contemporáneos, en los diccionarios que salieron bajo su tutela, en la lengua del día, una manera de expresarse familiar y rigurosa, sencilla y acertada, con gracia y sensibilidad, entroncada en el tiempo y sensible a lo nuevo y sin afectación (defecto que señalaba siempre que podía).

Recordaré pues algunas de sus valoraciones sobre la lengua del momento, de los años en que explicaba y en los de ahora; la lengua considerada oralmente, la lengua pronunciada con familiaridad, sin estridencias, sin asomo de pedantería. Le gustaba la gente que hablaba con esos ejemplos que parecen calcomanías y que le permitían a él jugar, actuar, sacarles el color, enseñar a valorarlas y a usarlas, dichos, giros de ayer y de siempre. Le horrorizaban las voces forzadas, guturales o nasalizadas, de energúmenos o de melindrosos.

Todavía sabía él unir la urbanidad que recibió en la escuela con el buen hablar, es decir, con el acercamiento a lo popular no vulgar. La elección entre lo vulgar y lo culto en el habla común depende de cierta delicadeza consiguiente a la educación y crianza doméstica, más bien que de estudios y preceptos. Distinguir entre lo popular y lo populachero era una diferencia fundamental para él.

Nos señalaba continuamente palabras del acervo común; y cuando se encontraba con algo que no podía rehuir, las pedanterías y anglicismos no usuales, señalaba que era palabrería abstrusa, tremenda, pero que pronunciada con familiaridad no exenta de magia se necesitaba para el nuevo y opulento desarrollo material de aquellos años; y nos señalaba que acroleína es novedad de la industria de los plásticos, nueva, sí, pero acomodada con una serie de palabras ya bien usadas en español, como aspirina, efedrina, moralina y así le contentaba que se pusiera en relación con ellas, y que los diccionarios la recogieran. Su gusto, su estrategia estaban en poner en la misma serie acroleína y moralina, –palabra bien querida por él esta última para fustigar su referente.

Un diario, por ejemplo, censuraba que la RAE se hubiera atrevido a gastar su tiempo con la voz braguetazo. “Ahí es nada, con el turbión de asépticos cultismos que nos están invadiendo, ir a ocuparse de palabreja tan popular” (Al trasluz 1988: 88). Algunos periódicos habían recogido con ciertas críticas la información que suministra la Academia de las voces que va estudiando y aceptando; y él nos aclara que no fue sino una corrección a la expresión dar braguetazo. Para AZV era igualmente criticable la falta de buen sentido lingüístico como la falta de información precisa. Esta exigencia de precisión, de exactitud, fue también una de sus grandes lecciones. No se podía hablar a la ligera, a tontas y a locas, había que hablar con certezas y, si no, había que callar.

Frente a los puristas que tuercen el gesto cuando oyen algún neologismo, manifestaba que no compartía la idea muy generalizada de que si existe voz patrimonial, se vuelva a ella. Porque no suele existir esa voz. Él estaba de parte de la innovación fructífera y provechosa. Se necesitan nuevas palabras, neologismos, para las nuevas realidades. Esta era su postura.

Criticaba sin embargo la dejadez, la absoluta ausencia de responsabilidad en el uso de la lengua, y nos hacía ver que era obligación nuestra no adscribir la chabacanería al sentido de un cambio o adelantamiento social. Junto a la dejadez, fustigaba siempre la actitud del semiculto, que, por el hecho de salpicar su charla hueca con voces extrañas, hablar de piso con o sin estanding, de refregar a todos el marketing por las narices, o de paladear los términos del software, etc. “se cree superior, con carnet de identidad expedido por las autoridades celestiales y poco menos que con derecho inalienable para él y sus descendientes a figurar en los sucesivos suplementos de la Enciclopedia Espasa. Bueno, con su pan se lo coma.” Recoge irónicamente en Al trasluz de la lengua actual (1988: 184). Actitudes que siempre que podía nos señalaba y que habría que transmitir a los estudiantes de hoy.

Ahora caigo en si este uso ponderado, familiar, preciso, rico, de siempre y actual, cuidado e informado, algo socarrón, fue el secreto de que se recuerden tantas cosas de él. La forma, la lengua empleada, es también el fondo. Afirmación que podría ser también una lección para los futuros docentes.

Texto recibido de Paz Battaner el día 6 de octubre de 2016

8:52h

 

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