2016 11 30 Antonio Viudas Camarasa
Hace años me ocupé de La Extremadura de Alnso Zamora Vicente y escribí:
«Zamora Vicente sitúa a Forner, después de sus estudios en Salamanca, en el Madrid de la Corte, y en esa Corte una pincelada del joven profesor muestra su afición por la historia del arte y la música: “Tardes del Prado y del Buen Retiro, ya con un fondo de minué y de jardines a lo Lenôtre”20. Sólo la erudición debida al magisterio de Manuel Gómez Moreno y otros historiadores del arte, explican esta frase donde nos descubre que Lenôtre (1613-1700) diseñó los jardines de Versalles. En una conversación estando presente AZV, saqué a colación que el ingeniero de artillería José Hermosilla, extremeño, fue quien diseñó el Paseo del Prado; el único tertuliano que sabía el dato era el polígrafo Alonso Zamora Vicente. Si conocía los mínimos detalles de los jardines de Abadía, ¡cómo iba a desconocer ese aspecto de su Madrid natal tan querido! Cuando escribe esa pincelada sobre Forner apenas cuenta veinticuatro años. Termina el artículo anunciando que está trabajando en una edición crítica de oración apologética de España “tarea que tengo entre manos21”. Revista de Filología Románica 2007, vol. 24 29-52
el pasado día 18 en la charla con la Sociedad Científica de Mérida abrí la revista del Centro de Estudios Extremeños tomo correspondiente a 1940 y detrás de una de las entregas de «El vocabulario extremeño» de Santos Coco leímos todos los presentes «Sobre Juan Pablo Forner» firmado por A. Zamora Vicente, fechado el 15 de mayo de 1941, pero publicado en el tomo XIV, septiembre-diciembre 1940, número 3.
Probablemente el primer artículo filológico de Alonso Zamora Vicente fue este, completado con la partida de bautismo de Juan Pablo Forner, con la que aclara a L. Villanueva que la madre del autor de «El asno erudito» D.ª María Manuela Piquer y Zaragoza no era madrileña, sino catalana: «Y la partida nos dice desmintiéndolo, que era catalana nacida en Gadall, minúsculo pueblecito cercano a Tortosa y Vinaroz, patria chica del padre» (pág. 294).