In ACTUALIDAD, Barcarrota, PACHECO 2020

2020 03 02

Papers /Escritorio

 

Ernesto Cardenal arrodillado ante el Papa

Manuel Pacheco:

AL POETA ARRODILLADO A LOS PIES DEL PAPA JUAN PABLO II

 

 

 

 

 

 

Poema dedicado a Ernesto Cardenal, poeta y Ministro de Cultura de Nicaragua

1983

Por Antonio Viudas Camarasa

 

 

 

 

«AL POETA ARRODILLADO A LOS PIES DEL PAPA JUAN PABLO II¹¹

                  A Ernesto Cardenal, poeta y Ministro de Cultura de Nicaragua

Pusiste de rodillas tu verdad

cristianamente revolucionaria.

El Papa fue una nube

que no llovió paz sobre tu alma.

Te querían cordero de obediencia

católica, apostólica y romana.

No salgas del redil,

defiende tu verdad,

contra todo lo que mata.

Tus rodillas gritan por tu patria.

 

 

11. Publicado en El Boletín de los escritores extremeños, 1, 24 de marzo de 1984, pág. 25 y en Poesía, III, 1986, págs. 124-125. Primera versión escrita el 8 de marzo de 1983″. Reproducción de poema y la nota a pie de página publicados  en el libro de Manuel Pacheco Antipoemas para complicar la línea recta, que forma parte del grupo LIBROS DEL PENSAR. Vid. Manuel Pacheco: Poesía completa (1943-1997), II. Libros del pensar. Libros de vida. Edición, introducción y notas de Antonio Viudas Camarasa, página 151.

 

2020 03 02

«Ernesto Cardenal nunca fue un cura al uso. Poeta, político, intelectual reconocido en todo el mundo, fue condenado por el Vaticano pocos meses después de aquella visita de Wojtyla y debió esperar 35 años para ser rehabilitado por la Iglesia. Tuvo que ser Francisco, el primer Papa latinoamericano, quien volviera a permitirle celebrar la Eucaristía». El diario.es.

Al leer esta noticia enseguida me he acordado de la capacidad de Manuel Pacheco para adelantarse al futuro. Ernesto Cardenal defendió su verdad. Pacheco me confesó que le envió el poema a Ernesto Cardenal y me dijo que nunca obtuvo respuesta.  Del  2 de marzo de 1983  Cardenal se arrodilla ante El Papa y el 8 de marzo Pacheco escribió el poema.  Por la «verdad cristianamente revolucionaria» admiró a Ernesto Cardenal y Pacheco tenía a la poesía como «El minsterio de la libertad».

El Papa Juan Pabló II reprendió y suspendió a divinis al sacerdote poeta, en el verso de Manuel Pacheco «No llovió paz sobre tu alma».

Otro Papa, Francisco I lo ha rehabilitado.

En la poesía de Manuel Pacheco hay mucha teología de lo «cristianamente revolucionario» y mucho aliento a desodeciencia ciega hacia las autoridades que no se preocupan del bienestar del Hombre.

Pacheco es un gran admirador del Cristo comprometido con los pobres y desarraigados y lo ha expresado en sus villancicos, antivillancicos y en sus Glosas a Jesús crucificado (1954).

Por eso los sacerdotes comprometidos con la Iglesia de los Pobres de la diócesis de Badajoz lo admiraron y respetaron. Citaré sin olvidarme de otros muchos a Benito Acosta, José María Robles Febré y Antonio Bellido Almeida. Mención aparte merece El cura de Entrerríos. Entre los sacerdotes que no entendieron al poeta y teólogo Manuel Pacheco cabe destacar al padre Martín Sarmiento que no entendía que no entendió nunca los dos últimos versos del poema Todavía:

Todavía está Dios en las iglesias.

Todavía está todo todavía

 

En la muerte de Ernesto Cardenal veo la poesía comprometida de Manuel Pacheco en la línea de defender al desvalido.

La poesía que proclama Pablo Neruda en el manifiesto «Notas sobre la poesía sin pureza» en la primera página de Caballo verde para la poesía (Número 1, octubre 1935) ,impura y  comprometida con el Hombre es la que sigue Manuel Pacheco en la cara B de su poesía, la desgarrada y al mismo tiempo en la cara A es el escritor que ensalza los valores espirituales del HOMBRE que los transciende en belleza surrealista e imágenes de poesía pura.

El buen lector de Pacheco se convierte en pachequiano que saborea la «poesía sin pureza» –frase con la que Pablo Neruda se defendió de los ataques de Juan Ramón Jiménez– y la poesía pura escrita a su modo y manera.

Pacheco es un escritor muy inclasificable.

Es poeta impuro, sin pureza, que escribe la mejor poesía pura cuando quiere. Es capaz de mezclar la poesía de los pesebres de la vida con los pesebres del realismo mágico y la literatura de ciencia ficción. En el mismo año de 1953 publica en Caracas, Venezuela, un libro de poesía pura como es «El arcángel sonámbulo» y en Guadalajara, España, da a conocer otro libro de poesía sin pureza: En la tierra del cáncer.

En sus poemas rezuma la poesía del compromiso sin ideología.

El poema Los Pesebres de la vida es el manifiesto pachequiano de su poesía sin pureza, impura.

Ser poeta es el manifiesto paquechiano de su poesía pura.

 

El que un burro se comiera la cabeza de un niño en Badajoz y las lecturas tan variadas que asimilaba lo convirtieron en un poeta muy singular. Es surrealista, simbolista, juanrramonista, nerudista, vallejista, albertita, garcialorquista, joycista, alexandrista, Miguelhernandista, hasta rilkista y octoviosta.

 

En el comentario de hoy con motivo de la muerte de Ernesto Cardenal, Manuel Pacheco es ernestocardenalista, partidario de la Iglesia de los pobres y de la teología de la liberación. Creo que su poema debió influir en que Francisco I le levantara el castigo a Ernesto Cardenal. Francisco se ha dado cuenta que la obediencia ciega a la iglesia católica, apostólica y romana que le hicieron aprender a Manuel Pacheco en el catecismo del Padre Ripalda está muy alejada de la Iglesia de los Evangelios y de la Biblia que el poeta de la poesía sin pureza y de la poesía pura conocía de primera mano y la interpretaba muchísimo mejor que el Padre Sarmiento que en su revista claretiana  (Angelus) censuró los dos últimos versos:

Todavía está Dios en las iglesias.

Todavía está todo todavía

Manuel Pacheco

 

El Angelus del padre Sarmiento tenía muy poco que ver con los arcángeles negros y azules de Manuel Pacheco Conejo.

Antonio Viudas Camarasa

2 de marzo de 2020

Malpartida de Cáceres

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