In LUIS CHAMIZO

2022 04 12

PAPERS / ESCRITORIO DE ANTONIO VIUDAS CAMARASA

del libro en redacción LUIS CHAMIZO Y SUS CIRCUNSTANCIAS

Por Antonio Viudas Camarasa

 

Luis Chamizo y el regionalismo regeneracionista

Edición de Antonio Viudas Camarasa

Documentación de Carlos Baena García

Este artículo formará parte del APÉNDICE DOCUMENTAL DE LUIS CHAMIZO Y SUS CIRCUNSTANCIAS


Se pueden usar con fines didácticos  y sin ánimo de lucro los textos y las ilustraciones de esta página siempre que se haga constar que se han tomado de esta URL:

1933  ¡Qué juertes p´al trebajo!: poema apócrifo de Luis Chamizo

https://dialectus.es/1933-que-juertes-pal-trebajo-poema-apocrifo-de-luis-chamizo/

 

LUIS CHAMIZO (Poema apócrifo atribuido a Chamizo por Antonio Meca, pero escrito por este)
¡Qué juertes p’al trebajo!
¡Qué alegres y qué recios!»
¡Cómo siegan, cantando y bendiciendo.
los castizos extremeños!
 Qué suores tan ricos cuando,
al gorvé p’al pueblo,
nos salía el arcarde
en el camino Nuevo!
¿Qué pensará el arcarde
Si es que tiene el arcarde pensamientos?
Chirrían las alondras en lo arto de aquel cerro;
El só se va ocurtando mu despacio,
¡Se va d’ Extremadura
con pena de dejá cielo tan bueno!
Vuelven los señorones del paseo,
también juertes y recios;
Salúan y bendicen.
¡Qué señores aquéyos!…
¡Pensando en la Patrona,
toitos nus quitamos er sombrerol
  Por que semos asina
de nobles y de güenos
los mozos que, andispués,
toitos reuníos,
pensando en nuestro amo y nuestro suelo,
¡¡er país arreglamos
como nobles castizos extremeños,
elustraos y concientes,
en la durce y felis Casa del Pueblo!!»

APÉNDICE DOCUMENTAL

Nota previa

Terminando la redacción de este ensayo videoconferencia me ha ocurrido un hecho que demuestra la importancia de seguir el método de la Memoria Inteligente Cajaliana. Me documenté en el libro de Guareña, editado por el Foro Guareña. Encontré la cita de un poema de Luis Chamizo publicado en el HOY. Di por buena la información.  Solicité a Carlos Baena García buscar la fuente de dicho poema. Encontró la fuente y me advirtió que el poema era remedo del autor de las entrevistas a personalidades literarias y políticas de 1933. Unas entrevistas que se deben leer en clave de humor, donde se demuestra la variedad de estilos que es capaz de dominar Antonio Meca, autor del que solo conozco una referencia en cita de Antonio Salgado en el número 28 de 1 de enero de 1928 repasando la literatura extremeña de la época, escritor que escribe en Extremadura, revista del Círculo Extremeño de Buenos Aires en los primeros años de la posguerra.  Este ha sido el diálogo que ha hecho funcionar a la Memoria Inteligente Cajaliana:

[10:24 p. m., 11/4/2022] Carlos Baena García:

  • Antonio, leyéndolo en contexto creo que estos comentarios no son de los autores sino sarcasmos del autor, Antonio Meca.
[10:26 p. m., 11/4/2022]  Antonio Viudas Camarasa:

  • Creo que tienes razón.
[10:26 p. m., 11/4/2022] Carlos Baena García:

  • Aunque en el texto dice : » […] en cuyas respuestas nadie ponga en duda la evidente autenticidad[…]»
[10:27 p. m., 11/4/2022] Antonio:

  • El poema de Chamizo es muy dudoso. Algo me chirriaba. Y me sigue chirriando
[10:28 p. m., 11/4/2022] Carlos Baena García:

Sí y está claro que algunas de las respuestas no las dirían, al menos de esa forma, las personas aludidas.

[10:29 p. m., 11/4/2022] Antonio:

Lo voy a quitar del ensayo como respuesta-poema de Luis Chamizo, advirtiendo que es un apócrifo chamiciano. Lo tengo claro. Esa respuesta remedando el estilo de Chamizo no es original del hijo del tinajero. Es creación humorística de Antonio Meca. Lo mismo les sucede al resto de las respuestas que él atribuye a las personalidades del momento. Me maravilla la cantidad de registros y estilos que dominaba Antonio Meca.

 

1933  ¡Qué juertes p´al trebajo!: poema apócrifo de Luis Chamizo

Antonio Meca: «Virtudes y defectos del carácter extremeño» (Opiniones espontáneas)

HOY. Domingo, 25 de junio de 1933

 

 

Una carta del director. Amablemente, con muy gentiles frases, me solicita un artículo para este extraordinario. Y, gran periodista siempre,
me ha prevenido hasta el tema. A mí me ruega que escriba sobre «Defectos y virtudes del carácter extremeño». Yo, claro es, como me estoy poniendo la mar de razonable —pues no pertenezco a la España oficial– juzgo las grandes dificultades del asunto y desisto de hablar de las virtudes ni de los defectos de una región en la cual cada uno de sus habitantes está hoy preocupado, irritado, insomne, buscando todos angustiosamente el «quorum» de garbanzos necesario para votar el cocido de cada día. Por eso, como mis queridos paisanos andan un poco desquiciados y ya no sabemos ciertamente dónde están las virtudes, aunque sospechamos dónde se acaparan los defectos, no me atrevo a retratarles en tan desairada postura, y hubiese preferido solicitar su opinión sobre tan interesante tema a las más destacadas personalidades, que se han apresurado a contestarme, dentro de su peculiar estilo cada uno, y de cuyas respuestas espero nadie ponga en duda la evidente autenticidad. Así he salido del compromiso, con su venia, señor director.
Paso a reproducir las opiniones recibidas en mi encuesta hasta donde me lo permita la prudente disención de este trabajo. Muchas se quedarán agazapadas en el tintero. Es hora de reservarse. Las otras, ¡ahí van!
DON MIGUEL DE UNAMUNO
«¿Defectos y virtudes del carácter extremeño? Extremeños, de Extremadura (extremo, extremistas; dura, dureza, virilidad, «mantenella» y «no cumendalla», como el capitán del blanco corcel. La sirte gloriosa de los Ibernán y Pizarro, arrinconada (de rincón, de refugio), y libres las manos de todos los rastacueros de Monipodio, y mi franqueza vasca templada (templada, no: acalorada, acalenturientada) en Castilla, al final. Y dice: En esta República de funcionarios, el extremeño que esté colocado, sonreirá y trinará el que no mame en las ubres pródigas, pronto exhaustas, del Estado (Platón. Diálogos sobre las cajas de cerillas).»
LOS HERMANOS QUINTERO
«Virtudes y defectos extremeños? Dar pronto la respuesta, es lo que importa: Larga lista de aquellas —loco empeño— y la de éstos será corta, muy corta…»
DON MANUEL AZAÑA
«Virtudes y defectos de los extremeños? Bueno; pero no me grite usted… Sobriamente, concisamente, ciñéndome al tema, nada obsta para que responda con datos precisos, claros, terminantes, en los que no escapará a su percepción que de consuno obran lo intuitivo y lo experimental. Digámoslo francamente y de una vez con nuevo estilo: Extremadura fué antes una reunión de burgos podridos amedrentados por la Guardia civil. Hoy, mis tareas parlamentarias, mis altas preocupaciones de estadista, me impiden conocer Extremadura, ese deleznable fenómeno social que se llama Extremadura, ese accidente horro de importancia y categoría histórica que es una regioncilla, que puede arder por los cuatro costados sin que las Cortes ni el Gobierno sientan aquellos nerviosos sobresaltos de los hombres hiperestéticos del antiguo régimen. Pese a todo, Extremadura, no me duele hacerlo constar, es con sus cinco provincias, una de las regiones de Levante enfebrecidamente incorporadas a la República. Y cuando ésta estimule su destacada producción hullera, será uno de los más sólidos baluartes contra el anidar de los pájaros negros de la reacción. ¡Y no más preguntas, que uno también tiene su dignidad! Voy un rato a tomar «El Sol», para tonificarme. ¡Basta!»
EL ALCALDE DE VILLA-BAL-BONTIN DEL GUADIANA
«Nosotro, los arcade dadora habemos echo una ruvolución, pero que mu grandísima y mu buenísima, que eso se verá cuando benga la Agraria (que yo no sé lo que es, pero que deve ser una cosa asina como la Espasa, que la tiene el notario), y que dicen que es y que quitarle las tierras al que las tiene y dárselas a los que no la tienen, pa que nos voten, y los defeitos en todos de los munálquicos y de los de Lerreu y nosotro tenemo toas las viltudes, pa que se enteren, que habemos echo una ruvolución mu buenísima los rupoblicanos de verdad, los daora, porque endenantes del catorce dabril los republicanos que abía eran de mentirijiyas, porque ¿cómo ivan a ser rupoblicanos si entoavía no abía rupública? Y a tós los Santos, lus vamos a acer trasponer, aunque a mi no ay quien me quite que las bercianas me las quró la Vilgen Santísima. Pero llo no vuervo a cogé una lesna y llo sigo darcarde, que pa eso habemos echa una ruvolución, pero que mu grandisima y mu buenísima. ¿Sofrece argo más?»
DON MIGUEL MAURA
«Me alegro de que me hagan esta pregunta. ¡Palabra de honor que me alegro! ¡¡Me volcaré!! Conociendo mi carácter y mis ímpetus, juro, aseguro y prometo que esto no puede durar una semana más! Todos los defectos extremeños no imputables a este Gobierno faccioso, ilegítimo, que secuestra y detenta en voluntad del país ¡¡¡Brrr!!! Las derechas extremeñas se quejan de la quema de los conventos, sin calcular que también pudo el noble pueblo quemar las casas particulares, ¡y aún no me lo agradecen! !!Esto se acaba!! Lo digo, lo proclamo, lo aseguro ¡y lo repetiré donde haga falta! ¡Ya me entienden! ¡Dónde haga falta y a quien, por alto que esté, debe saberlo!! ¿Qué pasa? ¡¡¡Me da la gana!!!; ¡¡¡Brrrrr!!…»
DON JACINTO BENAVENTE
«¿Pero tienen defectos los extremeños?…»
MARCIAL LALANDA
«Extremadura sería una región fetén si no contara con el defecto de tener esos sitios donde se está tan a disgusto, y deseando salir, que se llaman Plazas de Toros. ¡ Amos, anda!»
DON ALEJANDRO LERROUX
«Felicítome de que a un hombre de mi responsabilidad, republicano de toda la vida, y consciente de mis deberes, se me dirija esta pregunta. Tenía que contar conmigo. Y el que quiera entender, que entienda; y el que a buen árbol se arrima, pierde pan y pierde perro. Y además, el cuento del portugués en el pozo. A mí hay que hablarme de frente, cara a cara y descubierto. Y el que quiera entender que entienda… Creo que los defectos extremeños surgirán necesariamente agrandados en una región, pues hay feudo ignoro del más repugnante socialismo, cuyas emanaciones de charca pútrida y cloaca inmunda infestan la astmósfera a los más torpes métodos políticos, sus doctrinas, disolventes de la riqueza nacional y regional, ponen en peligro la vida misma de la República. ¡Hablaré muy alto!… Y no creo que en unas anteriores manifestaciones puede el más suspicaz recelo encontrar ni sombra de agravio para el socialismo, cuyos hombres admiro y apoyo y cuyas doctrinas suscribo en parte… Soy un político consciente de mi responsabilidad y de historia, que no defrauda al país. Todo por la República. En San Rafael, de seis a ocho. Los jueves de obstrucción, se reparten globitos.»
LUIS CHAMIZO
¡Qué juertes p’al trebajo!
¡Qué alegres y qué recios!»
¡Cómo siegan, cantando y bendiciendo.
los castizos extremeños!
 
Qué suores tan ricos cuando,
al gorvé p’al pueblo,
nos salía el arcarde
en el camino Nuevo!
¿Qué pensará el arcarde
Si es que tiene el arcarde pensamientos?
Chirrían las alondras en lo arto de aquel cerro;
El só se va ocurtando mu despacio,
¡Se va d’ Extremadura
con pena de dejá cielo tan bueno!
Vuelven los señorones del paseo,
también juertes y recios;
Salúan y bendicen.
¡Qué señores aquéyos!…
¡Pensando en la Patrona,
toitos nus quitamos er sombrerol
  Por que semos asina
de nobles y de güenos
los mozos que, andispués,
toitos reuníos,
pensando en nuestro amo y nuestro suelo,
¡¡er país arreglamos
como nobles castizos extremeños,
elustraos y concientes,
en la durce y felis Casa del Pueblo!!»
DON MARCELINO DOMINGO
El crecimiento espiritual republicano posibilitará la implantación de muy altos exponentes republicanos, que atalayamos en la perspectiva histórica actual apenas ofrecen resistencias que no estimemos desdeñables. La Reforma agraria posibilitará en Extremadura fenómenos de alta envergadura económica que no es posible atalayar en una simple ojeada objetiva. Confío en que las virtudes republicanas del pueblo sequen las últimas escorias del pasado y oprobioso régimen, así como que la riqueza extremeña, que tan bien conozco, se desenvolverá libre de trabas, intensificando cultivos como el coco y la caña de azúcar que han hecho de Extremadura la Perla de las Antillas. Sus bosques de abetos merecen en especial atención de este ministerio; así como, en lo que respecta a su riqueza ganadera, es objeto de cuidadoso estudio la recría estabulada de coníferas. Mi compenetración con sus problemas garantiza a Extremadura la posibilitación de atalayar sus incógnitas.
DON INDALECIO PRIETO
«Tengo que consultar con la minoría y el Comité del partido.»
DON GREGORIO MARAÑON
«Si»
(Como insistiese en mi pregunta, el sabio doctor, con su acostumbrada elocuencia parlamentaria, respondió inspiradísimo:).
«No».
AZORIN
Una casita blanca. Blancas las paredes. Ventanas, ventanitas, por las que se ve el campo. Un campo sin calles. ¿Sabéis todo lo que quiere decir el campo? Blancas las paredes. Blancas las piedrecitas que se orean en el suelo, y la dueña, Blanca. Doña Blanca. Doña Blanca ve venir a sus hijos por la veredita en suave declive. Sale a recibirlos doña Blanca. Son pequeños aún los hijos de doña Blanca. Más jóvenes que ella. Doña Blanca les recibe amorosamente, delicadamente; diríase que teme estrangular a sus hijos. El sol juega con los cabellos de sus hijos. Doña Blanca ama al Sol.
Han pasado los años. Doña Blanca vuelve de misa a la alba casita. Ya está más vieja la casita. Tiene en su fachada las cicatrices del tiempo. ¿Qué hace la arañita en esa desconchadura? Doña Blanca no ha visto a la arañita. Ni a sus hijos. Los hijos no salen a recibir a Doña Blanca. Sube angustiosamente la suave veredita con un jadeo penoso. ¿Por qué no salen los hijos a recibir a Doña Blanca? Los hijos no están en la casita, estudian lejos, pero aunque estudiasen lejos, debían venir a recibir a Doña Blanca, que sube la veredita, triste, mientras el sol juega con sus cabellos de plata, Doña Blanca no ama al Sol…
El carácter extremeño, en sus mejores virtudes, se pierde, se va. Se pierde el carácter extremeño. Murió Doña Blanca. Sus hijos estaban lejos de la veredita…»
DON FRANCISCO LARGO CABALLERO
«Aunque hombre de origen modesto, jamás dirigí preguntas tan ofensivas como la que acaba de hacérseme. No sé los defectos ni las virtudes de los extremeños. Solo puedo asegurarle que mis Jurados mixtos siempre encuentran los primeros en los patronos y los segundos en los obreros.»
DON LUIS DE TAPIA
«Extremadura valiente,
caliente
tierra que el fruto madura.
(Asaura
hay en la gente pudiente!).
¡Extremadura. Secano!
Manzano
Con su fruto bicolor
¡¡Horror!!
(¡Qué sano
el pueblo republicano!).»
DON FRANCISCO MACIA
«Miri, miri, no mi ambolique. Astremadura podrá tener su Estatuto, pero nunca, ¿sabe? será como Catalunya, que exporta paños, cervezas y «quorum» más barato que nadie. No quiero contestarle porque no me gusta hablar de defectos del extranjero. Por eso no voy al grano, no sea, miri, que se acuerden del que le entramos por nuestro puerto. ¿Entiende mi letra, noy? Es que escribo con la esquerra. ¡Visca Catalunya¡»,
OSSORIO Y GALLARDO
«¿Cuándo habrá estado mejor que ahora Extremadura? Sus virtudes, fortalecidas por la jurisdicidad imperante; sus defectos, ocultos por esta ola de renovación que me ha colocado al niño. Mi consejo es que esto siga. Y el de mi gato.»
MARGARITA NELKEN
«Desde que soy diputada, una nueva virtud en el carácter extremeño: Los campesinos se lavan los pies. Y en cuanto a defectos, los de las Hermanitas de la Caridad, despilfarradoras y juerguistas, que embrutecen al pueblo con el pretexto de restañar sus heridas. ¡Hipócritas!».
DON JOSE MARÍA GIL ROBLES
«¿Defectos y virtudes de los extremeños? Que hagan elecciones y los señalará el pueblo!».
***
Y en fin, señor director, copio y concluyo. ¡Cuántas opiniones quedan aguardando turno en el tintero! Acaso un día las diremos. A mi me ha divertido. ¿Y a usted?
Antonio MECA.
Antonio Meca se dio a conocer como autor novel con el estreno de la obra de teatro El tesoro del Indiano en Zafra. Crónica de Moreno Infante en Correo de la Mañana  el  26 de enero de 1923, p.3.

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