In ACTUALIDAD, LUIS CHAMIZO

2022 04 09 10:56h

PAPERS / ESCRITORIO DE ANTONIO VIUDAS CAMARASA

 

del libro en redacción LUIS CHAMIZO Y SUS CIRCUNSTANCIAS

Por Antonio Viudas Camarasa

 

Luis Chamizo y el regionalismo regeneracionista

Edición de Antonio Viudas Camarasa

Documentación de Carlos Baena García

Este artículo formará parte del APÉNDICE DOCUMENTAL DE LUIS CHAMIZO Y SUS CIRCUNSTANCIAS


Se pueden usar con fines didácticos  y sin ánimo de lucro los textos y las ilustraciones de esta página siempre que se haga constar que se han tomado de esta URL:

 

APÉNDICE DOCUMENTAL. LUIS CHAMIZO Y SUS CIRCUNSTANCIAS (Antonio Viudas Camarasa)

 

Nota previa

 

 

 

 

 

 

¡CHAMIZO ES NUESTRO!

AL SEÑOR PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN

por Antonio Orio-Zabala

 

 

 

 

Señor:

Soy Blas. El pastor de Las Torviscas

que en las noches azules y templadas

di conciertos de amores campesinos

a mi novia, Rosario la zagala.

Conmigo vienen gañanes y pastores

que ya conoceréis por las romanzas.

Esta es la «Carnacion” y El Tío Perico

con el recio varón que la mimaba.

La mocita sencilla y pinturera

que rezaba ante el Cristo de las Aguas.

 

 

 

El zagalón moreno y atrevido

que luchó con la loba hasta matarla.

El viejo campesino que aconseja

 

 

 

 

 

 

a la niña recién enamorada.

El tenaz tinajero de Guareña

que convirtió en vergel las tierras áridas.

La viejecilla que entre mimos y halagos

muestra a la nieta sus ribetes de sabia.

Ya lo veis, señor, hasta el más niño,

El Chiriveje de nuestra raza brava

viene conmigo para pediros algo

que en el nombre de todos se os encarga.

Es el caso, señor, que hubo un poeta

Enamorado de nuestra tierra parda,

que cantando nuestros propios cantares

fue  a morir lejos de la tierra amada.

El que habló a nuestros campos con dulzura

que jamás otros labios le expresaran.

El que supo sentir nuestros dolores,

el que supo el sabor de nuestras lágrimas

El que supo cantar como ninguno

las glorias immortales de esta raza,

y supo dar un bello colorido,

un vigor palpitante a nuestra casta,

duerme lejos de aquí su eterno sueño,

lejos de todo cuanto él adoraba…

el dulce «dolondón» de los cencerros,

el lívido color de la mañana

alegrado por mirlos y cogutas

que cantan con el mozo en la besana

la serpentina alegre del riachuelo

salpicada de margaritas blancas,

la noche calurosa de las eras,

 

 

 

 

 

con reflejos azules en las parvas,

el olor varonil de los jarales,

el pacífico amor de la majada…

lejos de cuanto fue su propia vida

la copla su sentir, sus esperanzas,

porque el señor, fue parte de estas tierras,

sus coplas son de aquí, señor, el alma.

Por eso venimos a pediros

En  el nombre de toda nuestra casta

que el cuerpo del poeta campesino

descante para siempre aquí en su casa

en la tierra morena que lo quiere,

En esta tierra que como madre santa

le aguarda temblorosa, dulce, tibia,

 

con ternuras de madre enamorada

para estrechar su cuerpo en un abrazo

y  fundirlo después en sus entrañas.

 

 

 

Con ilustración de Alberto 46

 

 

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