In LUIS CHAMIZO

2022 02 04

Dedico estas colaboraciones cibernéticas «Poemas dispersos de Luis Chamizo no editados en libro en vida del autor» a:

María de las Virtudes Chamizo Cordo,

hija de Luis Chamizo Trigueros, que se ha emocionado al ver la foto –que divulgamos en este ensayo– de su padre tan joven con 20 años, colaborador de «Vida manchega»,  después de enviársela como regalo de dos investigadores chamicianos (Carlos Baena y el que suscribe) a través de Mariú Jacobitti Chamizo, su hija. El 3 de febrero de 2022 23:39h.

Antonio Viudas Camarasa, 6 de febrero de 2022

PAPERS / ESCRITORIO DE

Antonio Viudas Camarasa

Poemas dispersos de Luis Chamizo no editados en libro  en vida del autor

Materiales para la redacción definitiva de

LUIS CHAMIZO Y SUS CIRCUNSTANCIAS

Estudio en elaboración de

Antonio Viudas Camarasa


Se pueden usar con fines didácticos  y sin ánimo de lucro los textos y las ilustraciones de esta página siempre que se haga constar que se han tomado de esta URL:

  • 1915 LA PAZ DEL SENDERO. Luis Chamizo en Vida manchega. Revista regional ilustrada. Número 130, 1915, 25 de enero, pág. 4 

1915 LA PAZ DEL SENDERO. Luis Chamizo en Vida manchega

Si reenvía o recibe algún reenviado por Guasap u otro medio, por favor indique su procedencia, por ética y cortesía.

Documentalista:

Carlos Baena García, 2022

Portada del número 130 de la revista Vida manchega. Revista regional ilustrada

Mancheta del número 130 de la revista Vida manchega. Revista regional ilustrada

 

  • LA PAZ DEL SENDERO de 1915 de Luis Chamizo coincide con otro poema del mismo título fechado en 1904 por Ramón Pérez de Ayala.
  • Ambos hablan de la tierra que  encuentran en sus senderos. Pérez Ayala, paseante urbano se encuentra en el camino un garzón con vacas  en tierra asturiana. Garzón con el significado de muchacho es de origen francés. En la Edad Media tenía significado de «criado».
  • Luis Chamizo se identifica con la vida del pueblo en personajes femeninos y en el trabajo de los hombres que cultivan la tierra.
  • La tierra y su gente como razón de ser es la protagonista en LA PAZ DEL SENDERO de Luis Chamizo, anticipo germinal en 1915 de lo aflorado en plenitud  en El Miajón  de los castúos (1921) y en el poema Extremadura (1942).

Foto de Luis Chamizo,, joven de 20 años. Colaborador de la revista Vida manchega (Ciudad Real) con este  pie de foto:

«Luis Chamizo Trigueros. Inspirado poeta»

Vida manchega. Revista regional ilustrada , número 134, 25-3-1915,  pág.  1. En ella publicó el poema:

La  Alquería de la Quintana

Dedicado a: «A mi distinguido amigo Julián Morales Ruiz»

 


LUIS CHAMIZO TRIGUEROS

LA PAZ DEL SENDERO

 

    El padre está en la besana.

La madre, haciendo calcetas,

en unión de las vecinas
tras un sombrajo, en la puerta.
   De los hijos, los varones,                      5
o están en la sementera
o están cogiendo aceitunas
por las faldas de la sierra.
    Las hembras quedan en casa
pues son las que en casa bregan         10
dando reposo a la madre
que ya se va haciendo vieja.
    Y así se pasan el día
sin ambiciones, sin penas:
los hombres, allá en su arada;             15
las mujeres, en la aldea;
ellos, en pos de sus yuntas
desterronando la tierra.
y ellas en sus oraciones
pidiéndole a Dios que llueva.               20  
    Cuando la tarde agoniza,
una densa polvoreda
y el sonar de un caracol
anuncian que ya se acercan
los honrados campesinos                      25
que vuelven de sus faenas.
    Vienen hablando los unos
del trigo que ya verdea;
otros, de sus olivares,
cuyas frutas recolectan,                         30
y otros, alegres, entonan,
mejor dicho, tararean
las clásicas tonadillas
amorosas de la tierra
que, a la orilla del regato,                       35
una tarde dominguera,
entonaran las mozucas
al compás de sus vihuelas.
    Ya marchan los labradores
por las calles de la aldea                         40 
sobre el lomo de sus mulas
que lucen jáquimas nuevas,
ornadas con campanillas
de entonaciones diversas,
cuyas rítmicas sonadas                             45
de monótonas cadencias
 traen efluvios del trabajo
y del sudor que allá dejan.
    Yo diera mi vida loca
por la de estas gentes.  Diera                 50
mis doradas ilusiones
y mis sueños de poeta,
por vivir como ellos viven;
por pensar como ellos piensan.
LUIS CHAMIZO TRIGUEROS
Nota. En este poema notoa en la voz mozucas la lectura de José María de Pereda y en polvoreda, el temprano apego de Luis Chamizo al léxico regional

Página de la revista Vida manchega donde se publica «La paz del sendero» de Luis Chamizo


Traigo el poema de Ramón Pérez de Ayala:

En opinión de Ignacio Gracia Noriega:

  • «La paz del sendero», que contiene poemas fechados en 1903, y publicado en 1904 con un prólogo de Rubén Darío, es un libro primerizo, un poco altanero, bastante sentimental y recorrido por una nostalgia que forzosamente ha de parecer literatura en un poeta de tan sólo 23 años»  Fuente: La paz del sendero (Consultado 2022 02 05, 22;40)

RAMON PEREZ DE AYALA

LA PAZ DEL SENDERO

Con sayal de amarguras, de la vida romero,
topé, tras luenga andanza, con la paz de un sendero.
Fenecía del día el resplandor postrero.
En la cima de un álamo sollozaba un jilguero.
No hubo en lugar de tierra la paz que allí reinaba.
Parecía que Dios en el campo moraba,
y los sones del pájaro que en lo verde cantaba
morían con la esquila que a lo lejos temblaba.
la flor de madreselva, nacida entre bardales,
vertía en el crepúsculo olores celestiales;
veíanse blancos brotes de silvestres rosales
y en el cielo las copas de los álamos reales.
Y como de la esquila se iba mezclando el son
al canto del jilguero, mi pobre corazón
sintió como una lluvia buena, de la emoción.
Entonces, a mi vera, vi un hermoso garzón.
Este garzón venía conduciendo el ganado,
y este ganado era por seis vacas formado,
lucidas todas ellas, de pelo colorado,
y la repleta ubre de pezón sonrosado.
Dijo el garzón: —¡Dios guarde al señor forastero!
—Yo nací en esta tierra, morir en ella quiero,
rapaz. —Que Dios le guarde. —Perdióse en el sendero…
En la cima del álamo sollozaba el jilguero.
Sentí en la misma entraña algo que fenecía,
y queda y dulcemente otro algo que nacía.
En la paz del sendero se anegó el alma mía,
y de emoción no osó llorar. Atardecía.
Fuente: Aprender español en Madrid

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