In ACTUALIDAD, Barcarrota, PACHECO 2020

2020 10 17 11:07

ETIMOLOGÍA DE BARCARROTA aclarada por  MIGUEL HERNÁNDEZ

Por Antonio Viudas Camarasa

 

Vamos a leer a Pacheco en Barcarrota.

 

 

 

 

 

 

El cartel proclama MANUEL PACHECO EN BARCARROTA.

Me da por buscar la etimología de estas tres palabras: Manuel, en y Barcarrota.

Están juntas porque las ha unido la musicalidad del ritmo de un eneasílabo, verso de nueve sílabas.

 

MANUEL

Manuel etimológicamente hablando todos los doctores están de acuerdo en que procede del latín bíblico Enmanuel tomado del griego bíblico y que a su vez procede del hebreo bíblico y significa “con nosotros, Dios con nosotros”.

Por aféresis de la primera sílaba en castellano dio Manuel y el familiar Manolo. Por eso algunos a Manuel Pacheco le llamaban Manolo.

EN

La segunda palabra está chupada para un estudiante de fonética histórica: la preposición latina  “in”  evoluciona a “en” por cambio de timbre. Paso de la “i” latina a “e” castellana. Esto lo sabe hasta una doctor de pago de la antigua universidad de Cervera que vendía sus títulos a cambio de duros.

BARCARROTA

El nudo gordiano está en la tercera palabra.

¿Qué significa BARCARROTA?

¿Cuál es el origen de este topónimo?

Busco y encuentro que Miguel Hernández en la Navidad de 1937 ( Ayuda, el 2 de enero de 1937)  recordó –como Manuel Pacheco mirando su infancia—al niño pobre cabrero que los Reyes Magos le dejaron sin juguetes.

Miguel Hernández escribió un villancico sobre sus abarcas rotas de pastor niño.

En mi pueblo natal ribagorzano en Aragón a las abarcas les llamamos «albarques» con una -e final muy abierta. En Binéfar en aragonés castellanizado de frontera  las «albarcas y abarcas«.

Después de leer un documentado estudio sobre la toponimia de Barcarrota me encuentro que Miguel Hernández, que se calzó con abarcas de pastor hechas con el cuero de oveja, me acaba de dar la etimología casi verdadera del nombre del  pueblo de  Barcarrota, que en la Edad Media se llamaba llamó VILLANUEVA DE BARCARROTA.

 

Barcarrota acogerá la lectura 2020 de la obra en prosa y en verso de Manuel Pacheco Conejo, hijo de la barcarroteña Emilia Conejo Pinilla.

 

Miguel Hernández es niño muy listo  y canta sus  abarcas vacías, desiertas, sin nada, del cinco de enero.

Describe que sus abarcas «hacia el seis  de enero» siguen estando  vacías y además heladas.

Se queja de que ningún rey en la noche de ilusión de niño se fijó en sus abarcas de escarcha en su majada de cabrero.

Miguel Hernández en la Navidad en guerra de 1937 se acuerda del niño que sin zapatos ni trajes ni palabras disfrutaba del regato, del río, del rocío, de sus penas y cabras.

El pastor cabrero de Miguel Hernández en su verso me ha regalado la etimología de BARCARROTA:

«Toda gente de trono,

toda gente de botas

se rió con encono

de mis  ABARCAS ROTAS».

Las mayúsculas son mías.

 

Siguiendo la ley fonética de la aféresis de la primera vocal o primera sílaba de una palabra la etimología más probable de BARCARROTA es que proceda del castillo o fortaleza de ALBARCA- ROTA, ABARCA-ROTA, AVALBARCA-ROTA.

Miguel Hernández puso sus abarcas rotas para que se las llenaran los Reyes magos.

 

El saber popular dio nombre a un paraje y lo bautizó como VILLANUEVA DE ALBARCARROTA / VALCARROTA (Los marqueses de Valcarrota). Anoto «Prótesis de al- y rotacismo de r en l».

El calcero de los pastores se parece mucho a una barca, de la misma manera que a muchos parajes se les llama Nava por su parecido con la forma de nave del paisaje (me acuerdo de La Nava de Santiago).

El saber popular pastoril debió bautizar este paraje como Barca rota en latín tardío y medieval. El artículo Al árabe le debió dar su tinte de conquista.

Entre prótesis árabe al-  y su aféresis quedó el actual nombre de BARCARROTA.

El antiguo nombre VILLANUEVA DE BARCARROTA que recibió esta población es muy fácil de explicar con la numerosa toponimia medieval de repoblación tan abundante en la Península Ibérica.

Me acuerdo de mi admirado paraje portugués de VILANOVA DE MIL FONTES en la desembocadura del río Mira en la Costa Vicentina, relacionado con la abundancia de fuentes y de VILLANUJEVA DEL FRESNO, con referencia a  un árbol que admiro  que me recuerda la etimología verdadera de Fregenal de la Sierra, de donde procedían Joaquín y Vicente, bisabuelos barcorreteños de Manuel Pacheco.

 

Después de todo lo que he escrito me acuerdo que Juan María González Antúnez me relacionó Barcarrota con la etimología de Barco de Ávila. ¿Tendrá que ver barco, barca con la forma del relieve cuando un valle tiene forma de barca o de barco?

Barco de Ávila se llamaba El Barco de Tormes y Barcarrota recibía el nombre de Villanueva de Barcarrota.

 

Lo queda en ambos es la forma del paisaje.

 

En Barcarrota la historia y la geografía entretiene a los investigadores.

Lo cierto que es que la geografía de Barcarrota está enclavada en un entorno montañoso y debió haber una primera población con su castillo y posteriormente se creó un nueva villa llamada Villanueva de Barcarrota.

El nombre era muy largo y volvió  a sus orígenes: BARCARROTA.

 

Barcarrota se está convirtiendo en el Epicentro Cultural del UNIVERSO PACHECO.

Manuel Pacheco escribió LA BOTA ROTA y Miguel Hernández hace referencia a ABARCAS ROTAS. A Pacheco se le rompieron las botas de otoño, a Miguel Hernández las abarcas de pastor.

 



En el  Miguel Hernández de 1930 encuentro el influjo de la poesía de José María Gabriel y Galán en

Postrer sueño

     Un claro rayo del sol que nace
de la barraca cruza la puerta
y pone tonos alegres de oro
sobre la triste y oscura escena.
5   La madre escucha desconsolada
lo que la hija pálida y yerta
sobre la pobre cama tendida
por una fiebre traidora presa,
los ojos húmedos y alucinantes,
10 la voz temblona, dice con pena:
¡Maere quería!
Ven; ven más serca…
que ni una sola de las palabras
que he de desirte quiero que pierdas. […]

35 Cuando las saques,
con tuícas ellas
me pones, maere, como una novia,
como una perla,
como pensaba yo de ponerme
40 cuando él golviera…,
pero me muero
y él tal vez nunca más aquí güelva…
–Exhala un hondo suspiro y sigue
de nuevo, lenta:
45 Y luego, maere,
que esté una rosa temprana hecha,
déjame ensima de la mesica;
sal a la güerta;
coje jasmines y malvarrosas,
50 de las que brotan junto a la sequia;
de los naranjos coje asahares,
que están sus ramas con abril llenas;
forma con ellos una corona
y a mis cabellos señía la dejas…

El Pueblo de Orihuela el 29 de julio de 1930,

Recuerdo que una exposición que vi en el claustro de San Francisco de Cáceres comprobé con los documentos expuestos dos cosas: las poesías al estilo de Gabriel y Galán del  Miguel Hernández  y la hiel de las cartas de Pablo Neruda contra Dámaso Alonso. En aquella exposición empecé sin saberlo mi método de investigación de la memoria inteligente. Cuando visité la tumba de Pablo Neruda en Isla Negra en el otoño de 1993 comprendí lo que era la literatura militante. Ahora me doy cuenta que en mi dedicación a la obra de Pacheco sin saberlo estaba aplicando mi método de la memoria inteligente cajaliana. Definitivamente lo vi muy claro cuando hace dos años leí en una tumbana de caña de bambú comprada en Hervás hace años El mundo visto a los ochenta años de Santiago Ramón y Cajal. Espero que mi Mecedora Habladora me acompañe en la exposición de mi teoría de la memoria inteligente cajaliana y en mi teoría de análisis del discurso.

Sería interesante que algún lector descubriera las huellas de Miguel Hernández en los escritos de Manuel Pacheco.

Las de Lorca y Alberti se las indicó enseguida Vicente Aleixandre en el primer Pacheco.

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