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2021 11 28

No «Poco más, la verdad» sino «Mucho más, la verdad» es Luis Chamizo, amigo José Luis Melero

Papers Escritorio de Antonio Viudas Camarasa

2021 11 28

Querido José Luis Melero:
Un amigo, familiar del primer editor de «El miajón de los castúos», en segunda edición del 1 de marzo de 1921, Alejandro Pueyo, me reenvía tu artículo «El miajón de los castúos» en la sección «Fábulas con libro» donde resaltas la fábula del libro y sin leer con una llave pachequiana  y sin recrear el libro te despachas con este final feliz sesgado poco gracianesco:

«Como curiosidad para conocer los rasgos lingüísticos del habla Extremeña de aquellos años está bien. Poco más, la verdad»

José Luis Melero. 25/11/2021 en el suplemento de artes y letras del Heraldo de Aragón.

Querido José Luis, si entre tus 35.000 volúmenes de tu biblioteca tuvieras las fuentes del Nilo sobre la realidad literaria y lingüística de Extremadura (1921-2021) no hubieras escrito tu incongruente,  posmoderna, sesgada e indocumentada frase

«Poco más, la verdad».

Te animo a que busques en bases de datos las opiniones autorizadas de numerosos críticos y estudiosos de Extremadura desde 1920 a 2021 para que te acerques con otros ojos y entiendas que después de leer con perspectiva sana «El miajón de los castúos», podrás rectificar y escribir

«Mucho más, la verdad».

Te lo aseguro, José Luis Melero.

Te imaginas que después de contar una fábula sobre  un libro de Veremundo Méndez Coarasa  hubieras escrito

«Como curiosidad para conocer los rasgos lingüísticos del Alto Aragón de aquellos años está bien. Poco más, la verdad».

 

La diferencia es que Veremundo no vio libro publicado en vida y Luis Chamizo tuvo un éxito de crítica sana y lectores desde su primer libro, siendo muy admirado por el que fue tu profesor en el Instituto Goya, Eugenio Frutos, a quien enseñó métrica y a leer poesía Luis Chamizo en la finca de Valdearenales.

 

Chamizo solo fue mal leído por Salaverría, un españolista  un detractor de Joaquín Costa y del dadaísmo que decía que era imposible hacer literatura de creación con el habla de Guareña. Chamizo creó como más tarde Veremundo Méndez Coarasa en HECHO / ECHO una literatura dialectal muy rica.

 

Ambos era personas cultas que amaban el habla que aprendieron de pequeños sin necesidad de ir a la escuela. Ambos eran de la misma generación.

 

Uno utilizó el habla de Hecho, el otro el habla de Guareña. Ambos ahora son muy admirados por los escasos dialectólogos que quedan en el mundo estudiosos de la filología románica.

Pues lo mismo has hecho con ese juicio de valor con tu «Poco más, la verdad». Aplícate el cuento y cuando escribas escribe con fundamento y razones no solo con impresiones y recuerdos afectivos casi olvidados de los amigos de tus padres.

Te felicito muy efusivamente porque me has dado con tu artículo un dato muy interesante y culto de un matrimonio de Guareña, emigrante extremeño en Zaragoza, Aragón.

 

Tu testimonio se une al de mi infancia cuando conviví con los temporeros extremeños que en los años 50 vinieron a repoblar de pinos  de los montes de Alcaná y Ballestons, en mi comarca de La litera y el prepirineo de Graus y Benabarre, expropiados por el Estado.

 

No hay mal que por bien no venga. Gracias por ocuparte de la cultura popular de Extremadura.

Recibe un cordial saludo  y un fuerte abrazo de
Antonio Viudas Camarasa
Memoria Inteligente Cajaliana
Sociedad Científica de Mérida
Miembro Activo de Clases Pasivas de la Universidad de Extremadura
Real Academia de Extremadura.
Extremaño

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