2021 11 28
No «Poco más, la verdad» sino «Mucho más, la verdad» es Luis Chamizo, amigo José Luis Melero
Papers Escritorio de Antonio Viudas Camarasa
2021 11 28
«Como curiosidad para conocer los rasgos lingüísticos del habla Extremeña de aquellos años está bien. Poco más, la verdad»
José Luis Melero. 25/11/2021 en el suplemento de artes y letras del Heraldo de Aragón.
«Poco más, la verdad».
«Mucho más, la verdad».
Te lo aseguro, José Luis Melero.
Te imaginas que después de contar una fábula sobre un libro de Veremundo Méndez Coarasa hubieras escrito
«Como curiosidad para conocer los rasgos lingüísticos del Alto Aragón de aquellos años está bien. Poco más, la verdad».
La diferencia es que Veremundo no vio libro publicado en vida y Luis Chamizo tuvo un éxito de crítica sana y lectores desde su primer libro, siendo muy admirado por el que fue tu profesor en el Instituto Goya, Eugenio Frutos, a quien enseñó métrica y a leer poesía Luis Chamizo en la finca de Valdearenales.
Chamizo solo fue mal leído por Salaverría, un españolista un detractor de Joaquín Costa y del dadaísmo que decía que era imposible hacer literatura de creación con el habla de Guareña. Chamizo creó como más tarde Veremundo Méndez Coarasa en HECHO / ECHO una literatura dialectal muy rica.
Ambos era personas cultas que amaban el habla que aprendieron de pequeños sin necesidad de ir a la escuela. Ambos eran de la misma generación.
Uno utilizó el habla de Hecho, el otro el habla de Guareña. Ambos ahora son muy admirados por los escasos dialectólogos que quedan en el mundo estudiosos de la filología románica.
Pues lo mismo has hecho con ese juicio de valor con tu «Poco más, la verdad». Aplícate el cuento y cuando escribas escribe con fundamento y razones no solo con impresiones y recuerdos afectivos casi olvidados de los amigos de tus padres.
Te felicito muy efusivamente porque me has dado con tu artículo un dato muy interesante y culto de un matrimonio de Guareña, emigrante extremeño en Zaragoza, Aragón.
Tu testimonio se une al de mi infancia cuando conviví con los temporeros extremeños que en los años 50 vinieron a repoblar de pinos de los montes de Alcaná y Ballestons, en mi comarca de La litera y el prepirineo de Graus y Benabarre, expropiados por el Estado.
No hay mal que por bien no venga. Gracias por ocuparte de la cultura popular de Extremadura.