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20191204

 

Papers /Escritorio

 

Marosa di Giorgio (Salto) y Manuel Pacheco

Cuentos oníricos de Uruguay en la desembocadura

del río Gévora en Badajoz

 

Por Antonio Viudas Camarasa

 

Manuel Pulido Mendoza está interesado en estudiar la relación epistolar entre Marosa di Giorgio Médicis y Manuel Pacheco.

Pulido, muy buen conocedor de la literatura sudamericana actual, hace dos meses me dio la noticia: Marosa di Giorgio es una poeta muy bien considerada en las letras hispanoamericanas.

La existencia literaria de Marosa di Giorgio  la conocí gracias al archivo de Manuel Pacheco cuando preparé la edición crítica de su Obra en prosa (1995) en los comentarios tan positivos que tanto verbal como por los escritos que el escritor me dio a conocer sobre  la poeta uruguaya de  Salto en las chacras.

Me recordaba las descripciones que leyó recién publicadas sobre la selva de Salto.

El año 1993 lo dedicamos Manuel Pacheco y yo a preparar la edición de sus Noches del buzo (1994), libro de poemas presentado en la feria del libro de Badajoz en la primavera de 1994.

El 9 de septiembre de 1994 Manuel Pacheco obsequió a los lectores del periódico Hoy con el «Prosema en forma de Marosa di Giorgio, una de las mejores poetisas sudamericanas».

Hace unas horas he encontrado el documental «Marosa di Giorgio. El ruedo en flor’ 1:04:19 que comparto contigo:

 

 

Marosa di Giorgio. El ruedo en flor. Films Tremendo

Dirección Juan Pablo Pedemonte

Gira del espectáculo EL LOBO desde 1990 por Estados Unidos y Europa. «Se consideraba una estrella, una actriz»Hija de Clementina Médicis y Pedro di Giorgio, hermana de Nidia.

1:15. Marosa recita Los pájaros. Recital Diadema [Saint Nazaire, Francia, 1992). Realización audiovisual de Bernard Maliflot

Testimonios de:

  • Gerard Ruiz Barreiro, artista plásitco 2:49 / 1:04:18
  • Ariel Mastandrea, dramaturgo y guionista 3:03
  • Alejandro Michelena, ensayista y periodista. Poeta 3:11
  • Eduardo Mernies, artista plástico. 3:21
  • Miguel Ángel Campodónico, narrador y periodista. 3:46
  • Selva Casal, poeta. 4:55
  • Nidia di Giorgio, hermana de Marosa. Poeta 5:14. En la secuencia acompañada de Jazmin Lacoste, sobrina de Marosa
  • Rafael Courtoisie, narrador, poeta y ensayista. 6:47
  • Washington Benavides, poeta. 7:32
  • Roberto Echavarren, poeta, ensayista y crítico literario. 7:43
  • Óleo. Marosa di Giorgio, artista Eduardo Mernies. 8:03
  • Leonardo Garet, escritor y docente. Presidente Asociación Marosa di Giorgio

El espacio del café Sorocabana

Mincho Bar

Críticos

Ángel Rama, crítico de Marosa

 

Documentación

El Sorocabana de la Plaza Cagancha, según el memorialista Alejandro Michelena

 

Después de visionar este documental me acuerdo de que Hugo Emilio Pedemonte tiene  el mismo apellido que Juan Pablo Pedemonte, el director de este corto. Desconozco si son familia, tal vez sobrinos. Leo estos versos del segundo:

Mujer de sexo omnipresente, lejano, metafísico,

contertulia de arcángeles y tatúes:

Marosa:

mórbida mariposa melancólica.

Lo que sé es  que Hugo Emilio Pedemonte vino gracias a la revista Gévora a Badajoz. Asistió a la tertulia de Esperanza Segura. En ella conoció a una escritora seguidora de Juan Ramón Jiménez. No volvió a Uruguay, se casó con Eladia Morillo Velarde, admiradora del escritor de Moguer. Sé que vivieron en Quintana de la Serena y después en Sevilla.

Gracias a Gévora y a Lírica Hispana Manuel Pacheco conoció epistolarmente a Marosa de Giorgio.

Podría seguir escribiendo, pero ya estoy cansado,  la noche está dormida y me estoy durmiendo con ella.

Si quieres saber algo más de Marosa y Manuel Pacheco te invito a leer las páginas 338-340 de OBRA EN PROSA de Manuel Pacheco donde entre otras noticias te encontrarás con estas líneas que Marosa le escribió a Manuel Pacheco:

 

 

 

«Voy reuniendo  los bellísimos poemas de Ausencia de mis manos y los encuadernaré […] No estoy enferma, Manuel, mi mal no es físico, y tal vez «aprensión» no sea la palabra exacta. pero, es que yo siempre he andado como una extraña por la tierra, y tú sabes, la soledad se puebla de fantasmas. (Lamento infinitamente no estés a mi lado. Me parece que Dios se equivocó)» La cita en la página 339.

Manuel Pulido espero ver pronto un artículo tuyo donde la literatura onírica de Marosa di Giorgio se vea entrelazada con el mundo de los sueños de Manuel Pacheco.

Cuando se cartearon, Manuel tenía los treinta y Marosa rondaba los veinte. Ambos –una en Salto-Montevideo y el otro entre el Gévora y el Guadiana– escribieron verso y prosa  cargados de erotismo. Ambos entremezclaron en su escritura el mundo de los sueños en sus propias naturalezas.

Marosa en las chancras de Salto y Manuel Pacheco entre los nenúfares de Guadiana y Gévora.

Los dos triunfaron en su entorno. En 1967, Manuel Pacheco, se acuerda de sus cartas entrecruzadas veinte años antes. Pacheco se siente triunfador como escritor:

«Ahora a mis 47 años, estoy fuerte y sano, y mi poesía es querida por la juventud y se levanta como un huracán sobre todos los bosques de la tierra. Sigo creyendo en la poesía y quizás por eso te escribo largamente».

Y se acuerda  de los versos eróticos entrecambiados entre los dos:

«… tomo tu copa, bebo tu vino, beso tu nombre, toco tu mano,  acaricio las páginas de tus libros y siento que  una inmensa dulzura se apodera de mi alma y de mi cuerpo, y descanso y sueño contigo».

En 1994 en la entrada del otoño  Manuel Pacheco empieza su «Prosema en forma de Marosa di Giorgio, una de las mejores poetisas sudamericanas» con estas palabras:

«Han llegado las lluvias y en mi soledad recuerdo tu largo silencio tocado por el pétalo de una tarjeta de navidad».

Esto que ha dejado escrito Manuel Pacheco, me lo contó a mí de viva voz en 1994. Los silencios de Marosa siempre le extrañaron.

Ambosh sido escritores en los que su soledad ha estado acompañada por la escritura.

Si quieres saber más lee el poema de Pacheco «A Marosa, en el país del sueño» donde consuela la soledad poblada de fantasmas de Marosa  y le advierte:

» y por eso te llamo para que vengas nuevamente a mi soledad» (Pág. 339)

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